NOTA: Este sitio no aprueba de las siguientes citas de publicaciones de la Watchtower. Simplemente se presentan para mostrar lo que la Watchtower enseña en cuanto al tema.

Matrimonio - No en el Nuevo Sistema

El tema del matrimonio en el paraíso es un tema sensitivo que ha causado angustia para muchos testigos de Jehová por el mundo. Mientras que esta enseñanza ha cambiado de aquí a allá, en su mayoría ha sido que:

  1. Los resucitados no tendrán permitido el casarse en el Nuevo Sistema terrenal.
  2. los sobrevivientes del Armagedón casados continuarán estando casados
  3. los sobrevivientes solteros del Armagedón puede que sí o puede que no se les permita casarse

Esta enseñanza trae angustia para personas mayores cuya amada pareja muere, puesto que no se les permitirá volver a casarse con ellos en el Nuevo Sistema. También es una causa de angustia para muchos testigos solteros que no han podido encontrar pareja, y se enfrentan a estar solteros por la eternidad. Eso dicho, este aspecto ha cambiado a veces y la Watchtower ha dicho que la Grande Muchedumbre tendrá permitido el casarse en el Nuevo Sistema.

El razonamiento de la Watchtower se basa en una aplicación errónea de Lucas 20:34-36, el cual habla de la resurrección en el cielo. Dice:

"34 Jesús les dijo: "Los hijos de este sistema de cosas se casan y se dan en matrimonio, 35 pero los que han sido considerados dignos de ganar aquel sistema de cosas y la resurrección de entre los muertos ni se casan ni se dan en matrimonio. 36 De hecho, tampoco pueden ya morir, porque son como los ángeles, y son hijos de Dios por ser hijos de la resurrección."

La razón de la confusión es que la Watchtower enseña que habrá una resurrección terrenal, lo cual nunca se enseña en la Biblia. El Nuevo Testamento consistentemente habla de una resurrección celestial, y por ende este texto es fácil de entender, excepto para los testigos de Jehová, quienes tienen la necesidad de forzarlo a que tenga una aplicación terrenal.

En el 2014 se dijo que Lucas 20:34-36 posiblemente no se refiere a los que están en la tierra, pero deja la respuesta inconclusa.


No Están Seguros

Atalaya 2014 8/15 pp.29-30
"¿Hay razones para esperar que los resucitados puedan casarse? Sencillamente, no lo sabemos.

Durante años, nuestras publicaciones han señalado que lo que Jesús dijo sobre la resurrección y el matrimonio probablemente se refería a la resurrección terrestre y que, por tanto, quienes volvieran a la vida en la Tierra no se casarían.

... es posible que Jesús estuviera pensando en la resurrección celestial."

No

¡Despertad! 8 de octubre de 1999 págs. 11, 14
¿Sabe La Respuesta?
2. Según indicó Jesús, ¿qué no harán los resucitados? (Lucas 20:35.)
Respuestas al Cuestionario
2. Casarse

Atalaya 1 de junio de 1987 p.31
Algunos han opinado que Jesús aquí se refería a la resurrección celestial, pero hay razones para creer que su respuesta tenía que ver con la resurrección terrestre en el "sistema de cosas" venidero. ¿Qué razones hay para este punto de vista? Los que interrogaron a Jesús no creían en él ni sabían de una resurrección celestial. Preguntaron acerca de una familia judía bajo la Ley. En respuesta, Jesús se refirió a Abrahán, Isaac y Jacob, hombres que esperaban vivir de nuevo en la Tierra. (Génesis 42:38; Job 14:13-15; compárese con Hebreos 11:19.) Aquellos patriarcas, y otros millones de personas a quienes se levanta a la vida en la Tierra y resultan fieles, serán "como los ángeles". Aunque mortales, no morirán una vez que Dios los haya declarado justos para la vida sin fin.

Hoy día, debido a las emociones humanas, pudiera ser difícil aceptar esta conclusión. Pero debe notarse que en ningún lugar dice la Biblia que la resurrección de los fieles significa que Dios los devuelve a su condición de casados. Por lo tanto, nadie cree que si Aquila y Priscila han adquirido vida en el cielo han reanudado allí su matrimonio. (Hechos 18:2.) Y José y María evidentemente vivirán en diferentes regiones: él en la Tierra y ella en el cielo. (Juan 19:26; Hechos 1:13, 14.) Puesto que ninguno de nosotros ha vivido en el cielo, no podemos decir qué sentimientos pudieran tener allí Aquila, Priscila y María; no obstante, podemos estar seguros de que estarán plenamente contentos en su servicio celestial.

De manera similar, nunca hemos vivido como humanos perfectos. Así, no podemos estar seguros de qué sentimientos o pensamientos tendremos en cuanto a las relaciones del pasado si acaso adquirimos vida humana perfecta en el Paraíso, o cuando la adquiramos. Es bueno recordar que cuando Jesús hizo aquella declaración era un humano perfecto, y por lo tanto estaba en mejor posición que nosotros para comprender los sentimientos de los que han sido "considerados dignos de ganar aquel sistema de cosas". También podemos confiar en que Jesús puede "condolerse de nuestras debilidades" de la actualidad. (Hebreos 4:15.) Por eso, si a un cristiano se le hace difícil aceptar la conclusión de que los resucitados no se casarán, puede estar seguro de que Dios y Cristo son comprensivos. Y sencillamente puede esperar para ver qué sucede.

No hay razón para dar demasiado énfasis a este asunto ahora. El salmista escribió: "Sepan que Jehová es Dios. Es él quien nos ha hecho, y no nosotros mismos. Somos su pueblo, y las ovejas de su apacentamiento [...] Denle gracias, bendigan su nombre. Porque Jehová es bueno". (Salmo 100:3-5.) Nuestro Dios, que es bueno, de seguro suministrará generosamente lo que verdaderamente necesitamos si 'se nos considera dignos de ganar aquel sistema de cosas'. (Job 34:10-12; Salmo 104:28; 107:9.)

La bondad de Dios se refleja también en el hecho de que nos ha informado que la muerte de uno de los cónyuges de un matrimonio pone fin al enlace matrimonial. (Romanos 7:2.) Así, la persona que haya perdido en la muerte a su cónyuge puede saber que tiene libertad para volver a casarse ahora si parece que eso es necesario o es lo mejor. Algunas personas han vuelto a casarse, lo que ha contribuido a que sus propias necesidades actuales, y las de su familia, sean satisfechas. (1 Corintios 7:36-38; Efesios 6:1-4.) Por consiguiente, el cristiano cuyo cónyuge haya muerto no debe sentirse obligado a permanecer sin cónyuge en este tiempo por esperar que en el sistema venidero, en la resurrección para la vida aquí en la Tierra, haya un arreglo de unir de nuevo a personas que anteriormente formaban un matrimonio.

¿Es esta vida todo cuanto hay? (1974) págs. 178-180 ¿A quiénes beneficiará la resurrección?
POR QUÉ LA RESURRECCIÓN NO OFRECE NINGUNA PROMESA DE MATRIMONIO
Basándose en la respuesta de Jesús a los saduceos, algunos pudieran perturbarse debido a que él dijo que no habrá casamiento entre los que son levantados de entre los muertos. Pudieran hasta pensar que sin matrimonio la resurrección es algo indeseable, que no les sería de beneficio.

Sin embargo, cuando se razona en cuanto a la respuesta de Jesús, hacemos bien en recordar que somos imperfectos. Nuestros gustos y disgustos están acondicionados en gran medida por las cosas a las cuales nos hemos acostumbrado. Por eso, nadie tiene realmente base alguna para estar seguro de que no le gustarían las provisiones futuras que Dios hará para los resucitados. Además, no se han suministrado todos los detalles. Esto ha sido verdaderamente una bondad por parte de Dios. Hay que considerar que, como humanos imperfectos, al principio pudiéramos reaccionar desfavorablemente a cosas que realmente llenarían nuestra vida de gozo si estuviéramos en estado de perfección. Por lo tanto pudiera ser que esos detalles estén más allá de lo que actualmente podamos recibir. Cristo Jesús mostró percepción y consideración de las limitaciones de las criaturas humanas imperfectas, como se desprende de lo que dijo a sus discípulos en una ocasión: "Tengo muchas cosas que decirles todavía, pero ustedes no las pueden soportar ahora."-Juan 16:12.

Los que alcanzarán una resurrección a vida inmortal de espíritus en los cielos no tienen concepto alguno de lo que eso será. No pueden compararlo con nada de lo que conocen en la Tierra. Sus cuerpos serán completamente diferentes. Todas las distinciones de sexo que son pertinentes a las criaturas humanas serán cosas del pasado para ellos. Por eso no puede haber matrimonio entre los que son levantados a la vida como espíritus en los cielos porque todos ellos juntos como cuerpo llegan a ser la "novia" de Cristo.

Pero, ¿qué hay de los que vuelven de entre los muertos a la vida en la Tierra? ¿Se les volverá a unir con sus cónyuges de matrimonio anteriores? No hay declaración alguna en la Biblia que indique que esto sucederá. Las Escrituras muestran definitivamente que la muerte disuelve el matrimonio. Romanos 7:2, 3 dice: "La mujer casada está atada por ley a su esposo mientras éste vive; pero si muere su esposo, queda desobligada de la ley de su esposo . . . de modo que no es adúltera si viene a ser de otro hombre."

Por eso, si una persona decide casarse de nuevo ahora, no tiene que preocuparse en cuanto a los efectos que esto pudiera tener en un cónyuge resucitado en el futuro. Si la soltería no es para este individuo, no tiene que luchar para mantenerla con la esperanza de volver a unirse en matrimonio con su cónyuge anterior en la resurrección. Ciertamente, pues, era bondad por parte de Dios no exigir que las relaciones de matrimonio anteriores estuvieran en vigor cuando la persona resucitara, como pensaban erróneamente los saduceos.

Atalaya 1 de junio de 1968 p.350 Preguntas de los lectores
¿Aplican las palabras de Jesús en Lucas 20:34-36 a la resurrección terrenal o a la resurrección celestial de los 144.000?-W. D., Australia.

Frecuentemente recibimos preguntas en cuanto a estos versículos, que dicen: "Los hijos de este sistema de cosas se casan y se dan en matrimonio, pero los que han sido considerados dignos de ganar aquel sistema de cosas y la resurrección de entre los muertos ni se casan, ni se dan en matrimonio. De hecho, tampoco pueden ya morir, porque son como los ángeles, y son hijos de Dios por ser hijos de la resurrección."

Se comprende que los cristianos se preocupen acerca de las perspectivas de matrimonio en la resurrección, puesto que los más fuertes vínculos emocionales humanos a menudo tienen que ver con el cónyuge de uno. A muchos siervos fieles de Dios que tienen la esperanza de vivir para siempre en la Tierra y cuyos cónyuges han muerto les gustaría tener apoyo para su esperanza de que podrían ser reunidos como esposo y esposa en la resurrección. Aunque no somos insensibles a sus sentimientos sinceros, tenemos que admitir que evidentemente las palabras de Jesús aplican a la resurrección terrenal, e indican que los resucitados no se casarán ni serán reunidos en una relación de matrimonio con cónyuges anteriores.

Atalaya 1 de abril de 1964 p.210 Cuando Dios sea Rey sobre toda la Tierra
Parejas casadas sobrevivieron aquel Diluvio, y su prole o descendientes se casaron, cuando alcanzaron la edad, entre sí. Igualmente, la batalla del Har-Magedón no disolverá los lazos matrimoniales de los que la sobrevivan, y podemos creer y esperar, razonablemente, que el Rey Jesucristo autorizará matrimonios de personas solteras que sobrevivan al Har-Magedón, y sus matrimonios serán fructíferos con hijos. Aunque los hijos que nazcan entonces de sobrevivientes todavía imperfectos del Har-Magedón no nacerán perfectos, no habrá casos de niños que nazcan muertos o niños deformes. Nacerán en justicia, de padres justos, en el nuevo orden justo de Dios, y entonces no habrá necesidad de control artificial de la natalidad.
EL RETORNO DE LOS MUERTOS
No obstante, el matrimonio no será el único procedimiento que contribuirá a llenar la Tierra con súbditos justos del reino de Dios. El producir hijos por el matrimonio honorable de sobrevivientes del Har-Magedón y, a su vez, por aquellos hijos de después del Har-Magedón será aprobado por el Rey por evidentemente un tiempo limitado-no sabemos por cuántas generaciones.

Atalaya 15 de octubre de 1962 p.613 ¿Volverán a vivir los muertos?
Parejas como Aquila y Prisca que logren la resurrección celestial con su gozo eterno como "novia" de Cristo no sentirán pena de que ya no sean marido y esposa. (Rom. 16:3) El gozo ocasionado por la resurrección de Abrahán y Sara, Isaac y Rebeca, Jacob, Lea y Raquel no será disminuido debido a que, semejante a los ángeles, ellos "ni se casan ni se dan en matrimonio." Su deleite supremo será el de vivir en el círculo familiar de Dios "por ser hijos de la resurrección." (Luc. 20:34-36) De modo que cualquiera de nosotros que vea a un hijo, esposa, marido, padre o madre anterior volver de entre los muertos estará fuera de sí con gran éxtasis. Esa felicidad no se disminuirá a causa de que el Padre celestial no reúna en matrimonio a personas resucitadas que en un tiempo eran marido y esposa. Su gozo se desbordará de poder gozar del compañerismo mutuo como herederos de la vida.

Atalaya 15 de noviembre de 1961 p.704 Preguntas de los Lectores
... para los muertos con esperanzas espirituales, celestiales, y para los muertos con esperanzas terrenales paradisíacas, la regla dicha por Jesucristo permanece sin alterar: "en la resurrección, ni se casan los hombres ni se dan en matrimonio las mujeres..."

Atalaya 1960 11/1 p.657 El Matrimonio en el Paraíso
Después que esa guerra universal haya destruido a todos los que hoy están arruinando la Tierra, el reino de Dios por medio de Cristo la Simiente de Su "mujer" restaurará el Paraíso a esta Tierra y lo extenderá a todo el planeta. Los matrimonios fieles que sobrevivan continuarán su vida conyugal después del Armagedón e igualmente en el Paraíso restaurado. Los sobrevivientes solteros gozarán del privilegio de emprender la vida conyugal con compañeros teocráticos y tendrán la felicidad de criar hijos bajo condiciones paradisíacas, con Satanás el Diablo atado. Todos éstos tendrán el privilegio de vindicar a Jehová Dios al probar que la vida conyugal en el Paraíso puede tener éxito bendito.

Atalaya 1 de octubre de 1956 págs. 603-605
19 Tan atrás como 1885, la Atalaya le aseguraba a sus lectores que el matrimonio de humanos continuará después de que la batalla del Armagedón haya destruído este mundo viejo extranjero y continuará tanto tiempo como Dios lo vea apropriado de acuerdo a su propósito original para esta tierra, que sea habitada por hijos e hijas justos y terrenales. La muerte cancela el vínculo matrimonial. El Armagedón no cancelará el vínculo matrimonial de aquellos testigos de Jehová casados que lo sobreviven juntos, como de igual forma el diluvio global no canceló el vínculo matrimonial de Noé con su esposa ni el de sus hijos con sus esposas. Pero después que habían salido del arca del sobrevivimiento y habían renovado la adoración de Jehová en la tierra, él los bendijo y les dijo: sean fructíferos y háganse muchos y llenen la tierra. Noé ya había tenido el fruto de sus tres hijos, y ahora se le mandó a sus hijos que se hicieran fructíferos, cada hijo por la única esposa que tenían. En ese drama profético, Noé prefiguró al Padre Eterno, Jesucristo, y la esposa de Noé prefiguró la novia espiritual del Cristo.
20 Después del Armagedón las parejas que sobrevivan continuarán en su unión marital. Otros que sobrevivan en un diferente estado, los viudos, las viudas, los hombres y las mujeres vírgenes, tendrán el privilegio de poder casarse. Si habrá un desbalance entre los hombres y las mujeres disponibles que sobrevivieron, no es algo que nos debe de preocupar ahora. El matrimonio en ese entonces será regulado por el Padre Eterno, el cual Jehová usa para pelear la batalla del Armagedón y mallugar a la gran Serpiente, el malvado disturbiador de matrimonios, en la cabeza. Así que el Padre Eterno Jesucristo habrá redimido a sus hijos terrenales por medio del Armagedón tal como Jehová redimió a Noé y su familia a través del Diluvio y como Jehová redimió a los Israelitas fuera de Egipto y a través del Mar Rojo. Tal como todos esos redimidos pertenecían a Jehová Dios, así todos los sobrevivientes del Armagedón pertenecerán a su Redimidor, Jesucristo. Como Padre Eterno de sus hijas terrenales dará en matrimonio a cualquiera de ellas que le parezca y a cualquiera a quien él escoja. De esa manera no habrá selección pobre de parejas, y nadie tendrá una decepción después de haberse casado.
21 Nadie que reciba una novia tendrá que pagarle un precio de Novia al Padre Eterno. Dado que todos son sus hijos, siendo de una sola Paternidad, se podrán casar entre ellos sin importar su previa raza o color, como a él le parezca. El matrimonio, entonces, será fructífero, con hijos nacidos de padres justos, y Dios no incrementará el dolor del embarazo de sus madres, así tratandolas diferentemente de Eva, quien tomó el liderazgo en comer del fruto prohibido y luego presionó a su esposo para inducirlo a comer y así pecar. Gén. 3:16.
22 Entonces los esposos y las esposas cooperarán fielmente para quedarse en el paraíso que será restaurado a la tierra por su labor y la labor de sus hijos y por la bendición de Jehová por medio del Padre Eterno Jesucristo. Los lugares propios de marido y mujer en la unión marital se respetarán y las obligaciones mutuas serán llenadas. Aparte del espíritu de Dios, el que ellos se acerquen cada vez más y más a la perfección humana hará de esto algo más fácil y más disfrutable. Lucas 23:43.
23 El poblar de la tierra con sus hijos y con los hijos de sus hijos procederá teniendo totalmente en cuenta la resurrección venidera. Jesús dijo que todos los que están en las tumbas conmemorativas eventualmente escucharán la voz del Padre Eterno y saldrán a una resurrección con preciosas oportunidades de tener vida eterna en perfección humana en la tierra. (Juan 5:28, 29, NM) Aparte de privilegios matrimoniales, las otras ovejas que sobrevivan la batalla del Armagedón tendrán incontables privilegios de servicio que se les abrirán por medio de la resurrección de los muertos, y estos privilegios continuarán incluso después que el propósito del matrimonio se haya cumplido y el tener hijos en la tierra pare y los esposos tengan alivio de la obligación de darle hijos a sus esposas. Hechos 24:15.

Atalaya 15 de septiembre de 1954 p. 575 Preguntas de los Lectores
Cuando este sistema de cosas llegue a su fin en Armagedón, entonces las personas ya no podrán ser hijos de él. En consecuencia, aquellos que alguna vez fueron hijos de este sistema de cosas pero que murieron no pueden ser hijos de él si surgen en una resurrección. Solo mediante una resurrección, puede cualquiera de los muertos entrar en el nuevo mundo, ese sistema de cosas. Habiendo sido considerados dignos de una resurrección de entre los muertos, no se casarán ni se darán en matrimonio, como dijo Jesús. En este sentido, serán como los ángeles, que no se casarán y procrearán su especie. Mat. 22:30; Marcos 12:25.

Pero después de su resurrección durante el reinado de mil años de Cristo bajo ese nuevo sistema de cosas, la pregunta es: ¿Serán dignos de ser hijos de ese sistema de cosas para siempre? Ganarse ese sistema de cosas significa algo más que levantarse de la tumba y entrar y hacer un comienzo en el nuevo mundo sin fin. ¿Tomarán estos que recibieron la resurrección de los injustos el camino de la integridad a Jehová y lo mantendrán? Sabemos que algunos no lo harán en la prueba final que se produce al final del milenio, que no podrán obtenerla, que caerán en la muerte, y por lo tanto no estarán entre aquellos a quienes se les dice, "ni tampoco pueden ya morir." Sin embargo, muchos otros mantendrán la integridad a través de esta prueba final y serán considerados dignos de obtener ese sistema de cosas, y por esa razón nunca podrán morir a manos de ninguna otra criatura. Rev. 20: 7-9.

Después de esa prueba final, definitivamente no se casarán ni se darán en matrimonio aquellos contados como dignos del nuevo mundo y que tengan el derecho a la vida eterna, así como los ángeles tienen ese derecho. Pero incluso antes de la obtención del nuevo eterno sistema de cosas estos devueltos en la resurrección de la humanidad no se casan, porque incluso antes de la prueba final son hijos de la resurrección. El que se les prohíba casarse y ser dados en matrimonio no espera hasta que sus nombres estén escritos en el libro de la vida y se les considere dignos del sistema eterno de las cosas. (Apocalipsis 20:12, 15) Para cuando vuelvan de entre los muertos a través de una resurrección, el paraíso se habrá extendido por la tierra y el cumplimiento simbólico del mandato de la procreación habrá sido efectuado por los sobrevivientes del Armagedón y sus descendientes. (Génesis 9: 1; Mateo 24:37; Lucas 23:43) Ese trabajo lo habrán llevado a cabo los de las clase de las otras ovejas que ahora viven y sobreviven al Armagedón. No están excluidos del matrimonio y el dar a luz por las palabras de Jesús en Lucas 20: 34-36, ya que nunca mueren y, por lo tanto, no son hijos de la resurrección.

Es incluso razonable y permisible tener en cuenta el pensamiento reconfortante de que aquellos de las otras ovejas que ahora mueren fieles tendrán una resurrección temprana y vivirán durante el tiempo cuando se cumpla el mandato de procreación y cuando las condiciones del paraíso se extendiendan por toda la tierra y que compartirán en este servicio dado divinamente. Jehová les ofrece ahora esa esperanza de servicio, y parece razonable que no les dejará que pierdan eso a causa de la muerte prematura ahora, incluso quizás una muerte provocada por su fidelidad.

No Estaban Seguros

Atalaya 1 de agosto de 1952 p.478 Preguntas de los Lectores
Cuando se cumpla el mandato de llenar la tierra, cuando el tener hijos pare, los casados puede que continúen su asociación juntos como compañeros de vida, o puede que no, dependiendo de la voluntad divina en ese tiempo futuro y distante. No podemos decir en este momento lo que la providencia divina tendrá como arreglo en el futuro distante en el nuevo mundo.

No

Atalaya 15 de octubre de 1950 p.381 "Sean Fructíferos, Llenen la Tierra" Ni tendrán las multitudes resucitadas el privilegio de hacerlo, puesto que Jesús claramente dijo que aquellos no se casarán ni serán dados en matrimonio.


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