NOTA: Este sitio no aprueba de las siguientes citas de publicaciones de la Watchtower. Simplemente se presentan para mostrar lo que la Watchtower enseña en cuanto al tema.

El Divorcio y los Testigos de Jehová

La interpretación de la Biblia de los testigos de Jehová en cuanto al divorcio es que la única razón para divorciarse y poder casarse de nuevo es lo que sea que signifique la palabra griega porneia. Si un testigo de Jehová se divorcia por cualquier otra razón que no sea porneia, entonces no puede volver a casarse sin tener un riesgo alto de ser expulsado.

La separación de la pareja (separación legal o incluso el divorcio) se permite en casos de que peligre tanto el físico como la espiritualidad de la persona, o si de manera adrede se rehusa la pareja a apoyar financieramente, pero en tales casos, no se permite volver a casarse. El volver a casarse se consideraría adulterio, una razón para ser expulsado.

La definición de la Watchtower de lo que es porneia ha cambiado a lo largo de los años, y de manera muy ilógica, la homosexualidad y la bestialidad no eran motivos para el divorcio con posibilidad de volver a casarse hasta los años 1970.

"Aunque tanto la homosexualidad como la bestialidad son perversiones repugnantes, ni la una ni la otra rompe el vínculo matrimonial." Atalaya 1 de agosto de 1972 p.480.

Véase el artículo Divorcio Entre Los Testigos de Jehová para ver que la tasa de divorcios de los testigos de Jehová es similar a la del promedio nacional de muchos países.


"Manténganse en el amor de Dios" (2008) págs. 219-221
Según la Biblia, ¿qué motivo válido hay para divorciarse? Pues bien, Jehová ha indicado que detesta la inmoralidad sexual (Génesis 39:9; 2 Samuel 11:26, 27; Salmo 51:4). Tanto la aborrece, que permite el divorcio cuando hay fornicación. (En el capítulo 9, párrafo 7, se explica qué abarca la fornicación.) En realidad, a quien Dios ha concedido el derecho de decidir si permanecerá casado o se divorciará es al cónyuge inocente (Mateo 19:9). Por tanto, si este decide disolver el matrimonio, no estará haciendo nada que Jehová odia. Ahora bien, ningún miembro de la congregación debe animarlo a dar ese paso. De hecho, teniendo presentes determinadas circunstancias, el cónyuge inocente tal vez opte por permanecer con su pareja, particularmente si observa verdadero arrepentimiento. En todo caso, es él -que tiene el derecho bíblico a divorciarse- quien debe decidir y asumir las consecuencias (Gálatas 6:5).

Por otro lado, existen situaciones extremas en las que un cristiano o cristiana opta por separarse, o incluso divorciarse, pese a que su pareja no ha cometido fornicación. Cuando esto sucede, la Biblia establece que quien decida irse "permanezca sin casarse, o, si no, que se reconcilie" (1 Corintios 7:11). De modo que, en tales casos, el cristiano no queda libre para comenzar a relacionarse con otra persona con miras a volver a casarse (Mateo 5:32). Veamos ahora varias situaciones excepcionales que han llevado a algunos a separarse.

Negativa a mantener a la familia. Hay esposos que no cubren las necesidades básicas de su familia, pero no porque no puedan, sino porque no quieren; y, como resultado, la someten a graves privaciones. ¿Qué dice la Biblia sobre ellos? "Si alguno no provee para los [...] miembros de su casa, ha repudiado la fe y es peor que una persona sin fe." (1 Timoteo 5:8.) En caso de que un marido así rehúse cambiar, la esposa tendrá que determinar si la separación legal es un paso necesario para velar por el bienestar de sus hijos y el suyo propio. Ahora bien, siempre que se acuse a un cristiano de este tipo de negligencia, los ancianos de la congregación investigarán el asunto a fondo, ya que constituye un motivo por el que podría ser expulsado.

Maltrato físico muy grave. Hay quienes se vuelven tan agresivos que ponen en peligro la salud, o incluso la vida, de su pareja. Si el cónyuge maltratador es cristiano, los ancianos deben analizar el caso, pues los arrebatos de cólera y la conducta violenta son motivos de expulsión (Gálatas 5:19-21).

Peligros muy graves para la vida espiritual. Hay cónyuges que intentan impedir por todos los medios que su pareja sirva a Jehová o que incluso tratan de obligarla a violar de algún modo los mandatos bíblicos. En tales casos, el cónyuge cristiano tendrá que determinar si la única manera de "obedecer a Dios [...] más bien que a los hombres" es obteniendo la separación (Hechos 5:29).

Conviene destacar que en casos tan extremos como los anteriores no debe animarse al cónyuge inocente ni a separarse de su pareja ni a permanecer con ella. Aunque los ancianos y otros hermanos maduros pueden brindar apoyo y dar consejos bíblicos, deben reconocer que, en definitiva, el único que conoce lo que pasa entre marido y mujer es Jehová. Si una cristiana (o un cristiano) exagerara la gravedad de sus problemas matrimoniales para justificar su separación, no estaría honrando ni a la institución matrimonial ni al propio Dios. Además, Jehová sabe si alguien está recurriendo a maquinaciones astutas, sin importar lo bien tramadas que estén. En efecto, "todas las cosas están desnudas y abiertamente expuestas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta" (Hebreos 4:13). Ahora bien, si existe una situación sumamente peligrosa y, como último recurso, el cristiano decide separarse, nadie debería criticarlo. En último término, "todos estaremos de pie ante el tribunal de Dios" (Romanos 14:10-12).

Atalaya 1 de noviembre de 1988 p.22
"El abuso físico extremo es otra base para la separación. Supóngase que un cónyuge incrédulo suele emborracharse, se encoleriza e inflige daño físico al creyente. (Proverbios 23:29-35.) Por oración y por desplegar el fruto del espíritu de Jehová, el creyente pudiera evitar tales estallidos y aguantar la situación. Pero si se llega a tal punto que la salud y la vida del cónyuge de quien se abusa están realmente en peligro, bíblicamente pudiera permitirse la separación."

Atalaya 1 de febrero de 1964 p.90
"El extremado abuso físico provee otra base válida para la separación. Como a menudo sucede, la borrachera puede ser una causa básica, al resultar en abuso físico. (Pro. 23:29-35) El cónyuge que no está gobernado por principios bíblicos puede montar en cólera y causar daño físico al creyente. Esto puede suceder a menudo, de modo que la salud y vida de la persona realmente estén en peligro. Después de considerar cuidadosamente y en oración las circunstancias, tal vez la cristiana piense que no hay recurso salvo el separarse del cónyuge abusivo. Por otra parte, la cristiana quizás descubra que hay cosas que puede hacer para evitar arranques de cólera de parte de su cónyuge, haciendo así soportable la situación."

Atalaya 1 de febrero de 1966 p.75 "De esto es evidente que el cristiano ni siquiera debe considerar el separarse de su cónyuge a menos que el caso sea crítico. El abuso físico extremado, la amenaza verdadera a la vida, o el poner en peligro absolutamente la espiritualidad de una persona, pudiera hacer surgir el considerar la separación. Pero aun en estos casos el cristiano maduro se separaría de un cónyuge solo como último recurso."

La Homosexualidad es/no es Motivo para el Divorcio (y poder volver a casarse)

Es Motivo

Atalaya 15 de febrero de 1984 p.23
"[...] la fornicación (que en el sentido bíblico incluye el adulterio y la inmoralidad sexual crasa, como la homosexualidad) puede deshacer un matrimonio. De acuerdo con la Biblia, el cónyuge inocente tiene el derecho de divorciarse del culpable y volverse a casar, sin cometer así pecado a los ojos de Dios."

Atalaya 15 de julio de 1983 p.30
"¿Qué entendemos aquí por la palabra "fornicación"? La palabra griega que se usa en ese texto es porneia. Al considerar el asunto, La Atalaya del 15 de mayo de 1973, páginas 317 y 318, mostró que porneia "proviene de una palabra raíz que significa 'vender'". Por eso, está relacionada con la prostitución, como la que se practicaba en muchos templos paganos del primer siglo y se practica en mancebías hoy día.
Es cierto que a veces se usa la palabra porneia en sentido limitado, como cuando se aplica a las relaciones sexuales entre personas célibes (solteras). Un caso de tal uso limitado de esta palabra se encuentra en 1 Corintios 6:9, donde a los "fornicadores" se les menciona por separado y aparte de los que participan en otros vicios sexuales, como el adulterio y la homosexualidad. Pero justamente antes de eso, en 1 Corintios 5:9-11, Pablo usó la misma palabra al aconsejar a los cristianos que no se mezclaran con los "fornicadores". ¿Es razonable pensar que aquí él se refería sólo a personas inmorales no casadas? No podría ser, porque en el capítulo 6 se expone una larga serie de prácticas sexuales ilícitas que hay que evitar, entre ellas el adulterio y la homosexualidad. De igual modo, Judas 7 y Revelación 21:8, que muestran que a los "fornicadores" que no se arrepienten Dios los juzga merecedores de destrucción eterna, difícilmente pudieran limitarse solo a las personas no casadas que tuvieran relaciones sexuales. Y tiene que entenderse que el edicto del cuerpo gobernante de Jerusalén, registrado en Hechos 15:29, de "que sigan absteniéndose [...] de fornicación", tiene un campo de aplicación amplio.
Así, pues, "fornicación" en el sentido amplio de la palabra, y según se usa en Mateo 5:32 y 19:9, evidentemente se refiere a una amplia variedad de relaciones sexuales ilícitas o ilegales fuera del matrimonio. Porneia envuelve el uso crasamente inmoral del órgano genital (u órganos genitales) de por lo menos una persona (sea de manera natural o pervertida); además, tiene que haber habido otro participante en el acto de inmoralidad... una persona de cualquiera de los dos sexos, o una bestia."

Atalaya 15 de marzo de 1977 p.31
"La ley de Jehová Dios a la antigua nación de Israel permitía el divorcio por varias razones. (Deu. 24:1, 2) El adulterio, la homosexualidad y la bestialidad eran bases para dar fin a un matrimonio [...]"

Atalaya 15 de mayo de 1973 p.318
"¿Significa esto que las relaciones sexuales contranaturales y pervertidas como a las que se entregan los homosexuales están incluidas en el significado de este vocablo que usó el apóstol al registrar las palabras de Jesús? Sí, ése es el caso. [...] ¿Cuál, pues, es el significado del uso que la Biblia hace de estos vocablos y qué revela en cuanto a la base bíblica válida para el divorcio? Muestra que cualquier persona casada que se sale del vínculo matrimonial y se entrega a relaciones sexuales inmorales, sea con alguien del sexo opuesto o alguien del mismo sexo, sean naturales o contranaturales y pervertidas, es culpable de cometer porneia o "fornicación" en el sentido bíblico. Estas relaciones sexuales no se refieren a indiscreciones menores que cometa una persona, como por un beso o una caricia o un abrazo, sino que se refieren al uso inmoral de los órganos genitales en alguna forma de coito, natural o contranatural.
Hallamos principios en el pacto de la Ley en apoyo de este punto de vista ensanchado. Es evidente que bajo esa Ley los matrimonios quedaban disueltos cuando un cónyuge cometía serios pecados sexuales, incluso los contranaturales, puesto que al cónyuge culpable lo ejecutaban según las propias instrucciones de Dios.-Compare con Éxodo 22:19; Levítico 18:22, 23, 29; 20:10-16; Deuteronomio 22:22; así como con las palabras del apóstol cristiano en Romanos 1:24-27, 32.
Comprendiendo las palabras de Jesús, por lo tanto, cuando un cónyuge es culpable de inmoralidad sexual tan seria el cónyuge inocente puede divorciarse bíblicamente de esa persona, si él o ella desea hacerlo. El que obtiene un divorcio sobre esta base bíblica también está libre bíblicamente para contraer segundas nupcias, no estando sujeto por ello a un cargo de adulterio.
Esto claramente señala una corrección en el punto de vista que se ha expresado en previas ocasiones en las columnas de esta revista [...]"

No es Motivo

Atalaya 1 de agosto de 1972 p.480.
"Aunque tanto la homosexualidad como la bestialidad son perversiones repugnantes, ni la una ni la otra rompe el vínculo matrimonial. . Solo lo rompen actos que hacen al individuo "una sola carne" con una persona del sexo opuesto que no sea su cónyuge legal."

Atalaya 1 de octubre de 1956 p.591
"La sodomía (o sea las relaciones sexuales contranaturales de un hombre con otro hombre tal como lo hace con una mujer), el lesbianismo (o las relaciones homosexuales entre mujeres), y la bestialidad (o las relaciones contranaturales de un hombre o una mujer con un animal) no son motivos Bíblicos para el divorcio. Son asquerosos, son inmundos, y la ley de Dios a Israel condenaba a muerte aquellos que cometían tales maldades, de esta forma drásticamente sacando a estos de la congregación de Dios. Pero tales actos no son adulterio con el sexo opuesto, haciendo de la persona inmunda una carne con alguien del sexo opuesto."

Atalaya 1 de noviembre de 1948 p.336

UNA PREGUNTA Y RESPUESTA HONESTA

Oslo, Noruega, 27 de agosto de 1948

Queridos Hermanos:

En la Atalaya en noruego del 15 de abril de 1947, tuvimos un excelente artículo acerca del matrimonio. La única razón para la que un hermano se pudiera divorciar de su esposa de acuerdo con este artículo es la infidelidad de parte de su esposa - si esta tenía relaciones sexuales con otro hombre u otros hombres.

Especialmente desde la II Guerra Mundial un fenómeno muy peculiar está ocurriendo aquí en Noruega: mujeres casadas están buscando otras mujeres casadas, sin duda con la intención de buscar placeres sexuales la una con la otra. Los doctores tienen mucho que escribir y decir en cuanto al asunto.

Mi pregunta es: ¿Qué dice la Biblia en cuanto a esto? ¿Se cuenta como igual de gran pecado como si un hombre tiene relaciones sexuales con otro hombre, tal como los habitantes de Sodoma y Gomorra?

¿Si se puede comprobar que la esposa de un hermano ha estado buscando tales placeres, tiene él el derecho de divorciarse de ella de acuerdo a la Biblia? Les doy las gracias por adelantado si me pueden contestar esta pregunta.

...

Estimado Hermano:

En respuesta a su pregunta del 27 de agosto:

Cuando las mujeres, como ahora se reporta en Noruega, buscan placer sexual con otras mujeres, cometiendo masturbación entre ellas, no es la fornicación por la cual, o el adulterio por el cual, Jesús dijo que un esposo podría divorciarse de su esposa. Pero es un vicio contranatural del sexo femenino, y es inmundicia grave y es pecaminoso a los ojos de Dios. Eventualmente resulta en gran degradación mental y física, y aunque puede que no constituya razones Bíblicas para que un esposo se divorcie de su esposa, de igual forma él le tiene que advertir de las serias consecuencias de tal práctica, no sólamente en cuerpo y mente pero también de forma espiritual. [...]

De manera paralela, cuando un hombre comete suciedad sexual con otro hombre, en otras palabras, sodomía, no constituye base Bíblica para que su esposa se divorcie de él. Un hombre no se puede casar con otro hombre, ni puede una mujer realmente estar casada con otra mujer, sin importar los abusos sexuales que cada uno hace con su mismo sexo. [...] La sodomía por un esposo muestra gran falta de respeto de parte del hombre hacia su esposa, de igual forma que la masturbación de una esposa con otras mujeres muestra similar falta de respeto por su esposo. La esposa, al aprender de la culpa de su esposo con la sodomía, debe advertirle del resultado final para él [...] Si él deja la práctica, buscando el perdón de Dios por medio del Cristo, ella también en manera devota puede perdonarlo.

Fielmente suyos en el servicio Teocrático,

[Firmado] WATCH TOWER BIBLE AND TRACT SOCIETY

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