NOTA: Este sitio no aprueba de las siguientes citas de publicaciones de la Watchtower. Simplemente se presentan para mostrar lo que la Watchtower enseña en cuanto al tema.

Disciplinando a los Hijos con el Castigo Corporal

La Watchtower recomienda el castigo corporal, como por ejemplo el pegarle a los niños, citando versos de la Biblia tales como Proverbios 13:24; 22:15; 23:13,14 y 29:15. Dado que esto es ahora ilegal en muchos países, los artículos más recientes de la Watchtower le bajan el tono a la interpretación de lo que significa "usar la vara".


Atalaya 1 de abril del 2008 p.14
No extraña, pues, que Proverbios 13:24 asegure: "El que retiene su vara odia a su hijo, pero el que lo ama es el que de veras lo busca con disciplina". En este contexto, la vara de la disciplina representa un método de corrección, sin importar qué forma adopte.


Atalaya 15 de julio de 2004 p.31
La vara es un símbolo de autoridad. En Proverbios 13:24 alude a la autoridad de los padres. En este contexto, utilizar la vara de la disciplina no siempre significa dar unos azotes al niño, sino que representa un medio de corrección, cualquiera que este sea. Puede que algunos niños tan solo necesiten una reprensión bondadosa para corregirse, mientras que en el caso de otros se requiera una reprimenda más fuerte.


Acerquémonos a Jehová (2002) págs. 100-101
La Biblia contiene esta exhortación: "Padres, no estén irritando a sus hijos, sino sigan criándolos en la disciplina y regulación mental de Jehová" (Efesios 6:4). En las Escrituras, "la disciplina" puede significar "educación", "formación" e "instrucción", algo muy necesario para los hijos, dado que se desarrollan mejor con orientaciones, pautas y límites claros. La Biblia relaciona esta disciplina, o instrucción, con el amor (Proverbios 13:24). Por tanto, "la vara de la disciplina" nunca justifica el maltrato emocional ni físico (Proverbios 22:15; 29:15). Quienes corrigen a sus hijos con inflexibilidad, dureza y desamor abusan de su potestad y quizás los desalienten (Colosenses 3:21).


Cómo lograr una vida llena de satisfacción (2001) p.5
Veamos estas palabras: "La vara y la censura son lo que da sabiduría; pero el muchacho que se deja a rienda suelta causará vergüenza a su madre".2 "La vara" alude a la autoridad paterna, la cual debe ejercerse con amor para que los hijos no se extravíen; por lo tanto, tal ejercicio de la autoridad implica no abusar de ellos de ninguna manera. A los padres se les aconseja: "No estén exasperando a sus hijos, para que ellos no se descorazonen".3


¡Despertad! 8 de agosto de 1997 p.10
Algunas personas rehúyen la palabra "vara", pues piensan que se refiere a algún tipo de abuso contra los niños. Pero no es así. El término hebreo para "vara" aludía a un cayado, como el que utilizaba el pastor para guiar -no para atacar- a sus ovejas. De modo que la vara representa disciplina.


Un libro para todo el mundo (1997) p.24
Pero la autoridad de los padres, "la vara de la disciplina", jamás debe ejercerse de forma abusiva. (Proverbios 22:15; 29:15.) La Biblia aconseja a los padres: "No os excedáis al reprender a vuestros hijos, no sea que se vuelvan pusilánimes". (Colosenses 3:21, Sagrada Biblia, Universidad de Navarra.) También reconoce que el castigo corporal no es por lo general el método de enseñanza más efectivo. Proverbios 17:10 dice: "Una reprensión obra más profundamente en un entendido que el golpear cien veces a un estúpido". Además, la Biblia recomienda la disciplina preventiva. En Deuteronomio 11:19 se insta a los padres a aprovechar las ocasiones informales para inculcar en los hijos valores morales. (Véase también Deuteronomio 6:6, 7.)


¡Despertad! 22 de sep. de 1991 p.7
Michele concuerda con lo que dice Proverbios 13:24: "El que retiene su vara odia a su hijo, pero el que lo ama es el que de veras lo busca con disciplina". El uso de la vara, que representa la autoridad, puede incluir unos azotes, pero muchas veces no. Cada niño es distinto, se comporta de manera distinta y necesita disciplina distinta. A veces puede ser suficiente una reprensión bondadosa; otras veces, si hay terquedad, puede requerirse una medicina más fuerte: "Una reprensión obra más profundamente en un entendido que el golpear cien veces a un estúpido". (Proverbios 17:10.) También se puede aplicar lo que dice Proverbios 29:19: "Un siervo [o un niño] no se dejará corregir por meras palabras; porque entiende, pero no está haciendo caso".


Perspicacia a Partir de las Escrituras - Volumen 2 (1988) p.1183
La "vara" a veces simboliza la autoridad de los padres sobre sus hijos. El libro de Proverbios hace muchas referencias a esta autoridad y utiliza el término "vara" como símbolo de todas las formas de disciplina empleadas para castigar, entre ellas, la vara literal. Los padres son responsables ante Dios de utilizar esta vara con el fin de controlar al niño, y si no cumplen con esta responsabilidad, ocasionarán la ruina y la muerte de sus hijos y se acarrearán vergüenza y la desaprobación de Dios. (Pr 10:1; 15:20; 17:25; 19:13.) "La tontedad está atada al corazón del muchacho; la vara de la disciplina es lo que la alejará de él." "No retengas del simple muchacho la disciplina. En caso de que le pegues con la vara, no morirá. Con la vara tú mismo debes pegarle, para que libres su mismísima alma del Seol mismo." (Pr 22:15; 23:13, 14.) De hecho, "el que retiene su vara odia a su hijo, pero el que lo ama es el que de veras lo busca con disciplina". (Pr 13:24; 19:18; 29:15; 1Sa 2:27-36.)


Atalaya 1 de oct. de 1987 págs.16-17
La gente imperfecta necesita disciplina. La necesitan desde la niñez en adelante. La Palabra de Dios dice: "El que retiene su vara odia a su hijo, pero el que lo ama es el que de veras lo busca con disciplina". (Proverbios 13:24.) Muchos doctos en sicología infantil ponen en duda esta sabiduría divina. Años atrás, uno preguntó: "Madres, ¿se dan cuenta ustedes de que cada vez que dan una nalgada o una zurra a su hijo muestran que lo odian?". Sin embargo su permisividad produjo tantos delincuentes juveniles que un juez de Brooklyn, Nueva York (E.U.A.), comentó cáusticamente: "Creo que necesitamos las disciplinas para algunos jóvenes. Pero eso no se considera de moda ahora. Ahora se nos dice que no debemos golpear a los niños; que tal vez estemos impidiendo el desarrollo de un genio". Pero su permisividad no dio como resultado ninguna cosecha de genios: solo una ola de desafuero de adolescentes criminales.

Ahora se notan algunos cambios. Burton L. White, autoridad sobre el desarrollo infantil, dice que el que usted sea estricto con sus hijos no llevará a que estos "lo amen menos que si fuera indulgente. [...] Aunque les pegue con regularidad, hallará que seguirán volviendo a donde usted". Da énfasis a que una de las necesidades principales del niño es un rebosante "amor irracional". La doctora Joyce Brothers informó acerca de un estudio de centenares de niños de los grados quinto y sexto de escuela primaria que fueron estrictamente disciplinados y que creían que las reglas estrictas "eran una expresión del amor de sus padres". Una revista, Journal of Lifetime Living, dijo: "Los peritos en sicología infantil, que disputaban en cuanto a alimentar por horario o alimentar a petición, dar nalgadas o no darlas, han descubierto que nada de eso importa mientras se ame al niño". Hasta el doctor Benjamin Spock, autor de un libro sobre el cuidado de los niños, Baby and Child Care, aceptó parte de la culpa por la falta de firmeza de los padres y la delincuencia resultante. Dijo que la culpa la tenían los expertos, "los siquiatras que tratan a infantes, los sicólogos, los maestros, los asistentes sociales y pediatras como yo".

La vara de la disciplina

"Vara", como se usa en este encabezamiento, no significa necesariamente dar una zurra; representa el medio de corrección, sin importar la forma que tome. Una Biblia en inglés, The New International Version, dice sobre este versículo: "vara. Probablemente lenguaje figurado para disciplina de cualquier clase". La vara es símbolo de gobierno o autoridad... en este caso la autoridad de los padres. Al final no siegan gratitud el padre ni la madre por su permisividad y consentimiento: "Si uno viene mimando a su siervo [o a su hijo] desde la juventud, este hasta llegará a ser un ingrato en el período posterior de su vida". (Proverbios 29:21.) El desplegar permisividad y no usar su autoridad de padres trae vergüenza y no muestra amor, sino indiferencia; el usar la vara de la disciplina con bondad, pero firmemente, refleja interés amoroso. "La vara y la censura son lo que da sabiduría; pero el muchacho que se deja a rienda suelta causará vergüenza a su madre." (Proverbios 29:15.)

En una referencia a Proverbios 13:24, el Commentary on the Old Testament, de Keil-Delitzsch, explica: "El padre que de veras le desea el bien a su hijo lo disciplina estrictamente a tiempo, para darle dirección correcta mientras todavía pueda ejercer influencia en él, y para no permitir que se arraiguen errores en él; pero el que es indulgente con su hijo cuando debe ser estricto, actúa como si en verdad le deseara la ruina". La Biblia al Día concuerda con esto al verter Proverbios 19:18 así: "Disciplina a tu hijo en sus tiernos años, mientras hay esperanza. Si no lo haces, le arruinarás la vida". La disciplina bondadosa, pero firme, desde los primeros años de la criatura refleja el amor de los padres. Jesús dijo: "A todos aquellos a quienes les tengo cariño los censuro y los disciplino". En cuanto a Jehová, "Jehová disciplina a quien ama". (Revelación 3:19; Hebreos 12:6.)

A veces la disciplina envuelve el dar nalgadas o dar zurras, pero muchas veces no.


Atalaya 1 de nov. de 1986 págs.22-23
La permisividad produce inseguridad y delincuencia juvenil. "La vara y la censura son lo que da sabiduría." (Proverbios 29:15; 22:15.) Para que surtan efecto, "la vara y la censura" tienen que ser acompañadas de amor. Cuando la disciplina se aplica de manera irrazonable, o en estado acalorado, esto puede quebrantar el espíritu del niño. "Padres, no estén exasperando a sus hijos, para que ellos no se descorazonen." (Colosenses 3:21.) La "vara" de la disciplina incluye el castigo apropiado, pero si usted hace exigencias irrazonables, es demasiado crítico y humilla al niño, estaría usando incorrectamente esta "vara", y podría destruir la confianza del niño en sí mismo y en usted. El niño podría ‘descorazonarse’.

Ambas, "la vara y la censura", son necesarias. La censura requiere más que castigo; implica presentar hechos que convenzan a otra persona. La palabra hebrea para "censura" también se vierte ‘contraargumento’.


Atalaya 15 de julio de 1980 p.22
Por supuesto, uno siempre debe administrar la disciplina con dominio de sí mismo y no en un estallido de cólera. Y no será necesario usar castigo físico en todo tiempo.


Atalaya 15 de julio de 1979 p.13
Sin embargo, el enorme aumento en la delincuencia juvenil es una evidencia de que el punto de vista de ‘no dar nalgadas’ no ha sido útil en estos asuntos. Entonces, ¿quién es la mejor autoridad en cuanto a cuál es el punto de vista equilibrado? De seguro es Dios, quien creó a la humanidad. Su Palabra inspirada declara: "La tontedad está atada con el corazón del muchacho; la vara de la disciplina es lo que la alejará de él." (Pro. 22:15) La Biblia muestra claramente que en la disciplina se incluye la buena enseñanza y el ejemplo, pero ¿excluye el dar nalgadas? No, porque Proverbios 23:13 dice: "No retengas del mero muchacho la disciplina. En caso de que le pegues con la vara [o la mano], no morirá."-Vea también Proverbios 13:24.


Cómo lograr felicidad en su vida familiar (1978) p.131 Muchos expertos en sicología infantil ponen sobre los niños una señal de "no tocar," como lo hizo uno que dijo: "¿Se dan cuenta ustedes las madres de que cada vez que dan nalgadas a su hijo muestran que lo odian?" Pero en su Palabra, Dios dice: "Quien detiene la vara odia a su hijo; mas el que le ama, le corrige con empeño." (Proverbios 13:24, Versión Moderna)


Cómo lograr felicidad en su vida familiar (1978) págs. 143-145 Es posible que a niños diferentes se les tenga que disciplinar de modo diferente. Hay que considerar el temperamento y disposición de la criatura individual. Un niño puede ser muy sensitivo, y tal vez por eso no siempre sea necesario el castigo físico, como el dar nalgadas. En el caso de otro, puede que una zurra no tenga efecto alguno. O pudiera ser que un niño fuera como el siervo que se describe en Proverbios 29:19, uno que ‘no se deja corregir por meras palabras, porque entiende pero no está haciendo caso.’ En tal caso el niño necesitaría castigo corporal. [...]

Con los jovencitos, el excluirlos temporariamente de compañerismo con la familia puede dar mejores resultados que las nalgadas. Sin embargo, castigos extremos, como el cerrarle la puerta al niño para que no pueda entrar en la casa, se pasa de lo que el amor indicaría. Prescindiendo del método que se emplee, hay que enseñar a los niños que tendrán que aceptar las consecuencias de su comportamiento. Esto les enseña responsabilidad.


Atalaya 1 de febrero de 1974 págs.76-77
Por eso el entrenamiento disciplinario también puede incluir corrección o castigo administrado con el propósito de corregir al niño. Pero, ¿debe esta forma de disciplina incluir alguna vez la administración de zurras? ¿Hay verdad en el viejo adagio inglés: "La vara en desusado, y el niño mal criado"?

Frecuentemente dicen las autoridades mundanas sobre criar a los hijos: ‘No, al niño nunca se le deben administrar zurras. Evite frustrar al niño utilizando medidas tan fuertes para cambiar sus inclinaciones naturales.’ Un editorial del Times de Nueva York del 5 de abril de 1972 dijo: "‘La vara en desusado, y el niño mal criado’ es un adagio disparatado que continúa obteniendo señas de aprobación de parte de autonombrados defensores de ‘las viejas virtudes.’ Es difícil desentrañar por qué la administración de castigo premeditado, doloroso por una persona más grande y más fuerte podría inculcar cualquier cosa salvo la creencia de que la fuerza triunfa." Pero, ¿es correcto este punto de vista? ¿Es un error usar castigo físico con el propósito de corregir el proceder incorrecto de un niño?

Dios es el Creador del hombre. No hay autoridad superior. Su Palabra es muy clara sobre el asunto. Dice: "No retengas del mero muchacho la disciplina. En caso de que le pegues con la vara, no morirá. Con la vara tú mismo debes pegarle, para que libres su mismísima alma del Seol [el sepulcro] mismo." (Pro. 23:13, 14) La vida del niño está envuelta. Si se le permite seguir tras un derrotero incorrecto, esto resultará en su propia infelicidad y con el tiempo en muerte fuera del favor de Dios. Por eso la Biblia dice: "El que retiene su vara odia a su hijo, pero el que lo ama es el que de veras lo busca con disciplina." (Pro. 13:24) Un padre muestra verdadero amor al hacer todo cuanto puede por corregir a su hijo, incluso el administrarle zurras. Este es el camino de Dios. "Porque a quien Jehová ama," dice la Escritura, "él disciplina; de hecho, él azota [flagela o da de latigazos] a todo el que recibe como hijo."-Heb. 12:5, 6.

¿Por qué hace esto Dios a sus hijos? "Para provecho nuestro," dijo el apóstol Pablo, "para que participemos de su santidad. Es cierto que ninguna disciplina parece por el presente ser cosa de gozo, sino penosa; sin embargo después, a los que han sido entrenados por ella, da fruto pacífico, a saber, justicia." (Heb. 12:7-11) Los hijos, para su propio provecho, necesitan tal disciplina. Es parte del entrenamiento que es ‘conforme al camino para ellos.’ (Pro. 22:6) El mundo rechaza tal entrenamiento disciplinario y a esto se debe en gran manera el tremendo aumento de la delincuencia de menores y la resultante dificultad y vergüenza que ésta ha acarreado a los padres.-Pro. 29:15.


Atalaya 1 de febrero de 1972 p.75 Pero los padres que aman a sus hijos deben comenzar sin demora a entrenarlos en el camino teocrático. (Pro. 22:6; 23:13, 14) Tal como las leyes del instinto hacen que la madre osa le dé una zurra a su cachorro descarriado, así la ley de Dios expresada claramente en su Palabra exige que los padres humanos disciplinen a sus jovencitos... no con ira ni con sermoneo irritante, sino razonablemente y por amor. (Efe. 6:4)


Atalaya 15 de agosto de 1961 p.496 El dar de nalgadas quizás no siempre sea la solución cuando desobedece su hijo. [...] Sin embargo, antes de que usted regañe a su hijo asegúrese de que él, y no usted mismo, es culpable. Por ejemplo, usted puede decir: "Juanito, no garabatees en los libros de la Sociedad, ¡o te ganaras una zurra!" Eso le parece bastante claro a usted, pero ¿lo es a Juanito? Usted deja que marque otros libros. El la ve a usted subrayando su Biblia, por eso en la mente pequeña el pensamiento es: "¿Por qué no éste?" Por eso en su entrenamiento de su hijo déle a saber las cosas de tal manera que entienda. "Este libro es de papá. No debes marcarlo." O, "Este libro es para colocarse en el servicio. No debe haber marcas en él-¿entiendes?" Déle una razón para su orden. Una zurra no siempre ayudará.



creative commons copyright    Paul Grundy  2005 - 2018