NOTA: Este sitio no aprueba de las siguientes citas de publicaciones de la Watchtower. Simplemente se presentan para mostrar lo que la Watchtower enseña en cuanto al tema.

Los Peligros de los Deportes Competitivos

Se les permite a los testigos de Jehová jugar deportes, pero se les desalienta de ellos de varias maneras, como por ejemplo, se les dice que:

  • Los deportes promueven la competencia, la violencia, y el nacionalismo
  • Los deportes le quitan tiempo a las "actividades teocráticas", como por ejemplo, leer la Biblia, predicar, o ir a las reuniones
  • Los deportes peligrosos son ofensivos a Jehová porque son una falta de respeto a la vida


La siguiente imagen muestra la manera inusual en la que el Cuerpo Gobernante piensa que se deben de comportar los testigos, en este caso, ¡vestirse formalmente para jugar cricket en la playa!


Atalaya 15 de septiembre del 2015 pág. 11 párr. 12 Eduquemos nuestra conciencia
La Biblia dice que debemos rechazar "las obras de la carne". Algunas de estas son: ... odio, peleas, celos, ataques de ira, desacuerdos, divisiones, sectas, envidias, ... Preguntémonos: "¿Evito los deportes que son agresivos o violentos? ¿Rechazo el espíritu competitivo y nacionalista que hay en muchos deportes?


Atalaya 15 de junio del 2014 pág. 4 "Allana el sendero de tus pies" para que progreses
Pensemos en lo que le pasó a un hermano de África occidental llamado Eric. A él le encantaba jugar al fútbol, tanto que a los 15 años de edad ya lo querían fichar para un equipo nacional. Eso significaba que, en poco tiempo, podría recibir entrenamiento profesional en Europa y abrirse camino en el mundo del fútbol. Pero ¿era esa meta compatible con el consejo de acordarse de su Magnífico Creador? Veamos qué decidió hacer Eric y qué podemos aprender de su ejemplo.
Cuando todavía estaba en la escuela, Eric comenzó a estudiar la Biblia con los testigos de Jehová y aprendió que el Creador solucionará para siempre los problemas de la humanidad. Se dio cuenta de que era muy importante dedicar su tiempo y energías a hacer la voluntad de Dios. Por eso, en lugar de hacerse deportista profesional, se bautizó y se centró en progresar espiritualmente. Con el tiempo llegó a ser siervo ministerial, y más tarde lo invitaron a la Escuela Bíblica para Varones Solteros.
Si se hubiera decidido por el deporte, quizá habría ganado fama y dinero. Pero él sabía lo cierto que es este principio bíblico: "Las cosas valiosas del rico son su pueblo fuerte, y son como un muro protector en su imaginación" (Prov. 18:11). Así es, la seguridad que el dinero parece darle a una persona no es más que una ilusión. En realidad, quienes quieren conseguir riquezas a toda costa suelen acabar sufriendo "muchos dolores" (1 Tim. 6:9, 10).


Atalaya 15 de junio del 2014 pág. 4 "Allana el sendero de tus pies" para que progreses




Atalaya 1 de febrero del 2014 págs. 8-9 La Biblia les cambió la vida
LA BIBLIA LES CAMBIÓ LA VIDA
...
OTROS DATOS: COMPETÍA EN CARRERAS DE MOTOCICLETAS
... Este hobby me gustaba tanto como mi otra pasión: el motociclismo. Mi madre me inscribió en una carrera llamada Zelta Mopeds, y así fue como empecé a competir, con motocicletas de baja cilindrada. Después pasé a motocicletas más potentes.
Aprendí rápido y enseguida me hice un nombre en este peligroso deporte. Logré ganar el campeonato de motocicletas de Letonia en tres ocasiones, y el de los países bálticos, en dos.
LA BIBLIA ME CAMBIÓ LA VIDA: En la cumbre de mi carrera ... Mi interés por la Biblia era cada vez mayor... En el estudio de la Biblia aprendí que para Jehová la vida es muy valiosa (Salmo 36:9). Eso hizo que me cuestionara si debía continuar con mi carrera deportiva. Ya no quería poner en riesgo mi vida, quería dedicarla a Jehová. La fama, la gloria y la adrenalina de las carreras ya no me llenaban. ...
QUÉ BENEFICIOS HE OBTENIDO: Algunos de los amigos que tenía en el arriesgado mundo del motociclismo han muerto en accidentes. Pero yo estoy vivo gracias a la Biblia, pues al estudiarla aprendí que soy responsable ante Jehová, quien me ha dado la vida.


Atalaya 1 de julio del 2012 págs. 13-14 La Biblia les cambió la vida
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OTROS DATOS: KARATECA
MI PASADO: ... lo que más me llamaba la atención eran los deportes. De hecho, era muy bueno en ciclismo y en karate. ... Estaba orgulloso de mi buena condición física. Tenía la fuerza suficiente para hacerle daño a cualquiera, y a veces me sentía invencible. Mi maestro de karate sabía que me costaba trabajo hacer buen uso de mi fuerza y por eso me inculcó valores éticos y una disciplina muy estricta. Constantemente me recalcaba la importancia de la lealtad y la obediencia.
CÓMO LA BIBLIA ME CAMBIÓ LA VIDA: Cuando empecé a estudiar la Biblia, aprendí que Jehová odia la violencia (Salmo 11:5). Yo creía que el karate era un deporte seguro y que no era violento. Al contrario, me parecía que los valores que fomentaba eran muy similares a los que enseña la Biblia. La pareja de Testigos que me impartía las clases bíblicas era muy paciente. Nunca me dijeron que dejara las artes marciales. Simplemente se concentraron en enseñarme la verdad.
A medida que aprendía más de las Escrituras y se fortalecía mi amistad con Jehová, fui viendo las cosas de otro modo. ...
Sabía que dejar el karate sería la decisión más difícil de mi vida. Pero también sabía que si lo hacía, agradaría a Jehová, y estaba convencido de que valía la pena servirle. Supongo que lo que me impulsó a decidirme de una vez por todas fueron las palabras de Jesús registradas en Mateo 6:24: "Nadie puede servir como esclavo a dos amos". Me di cuenta de que no podía servir a Jehová y seguir practicando karate, pues tarde o temprano me inclinaría por el deporte. Tenía que tomar una decisión: el karate o Jehová.
No se me hizo fácil renunciar al karate. Tenía sentimientos encontrados. Por una parte, estaba contento porque mi decisión iba a agradar a Jehová. Pero por otra, sentía que estaba traicionando a mi maestro de karate. En el mundo de las artes marciales, la traición suele verse como un pecado imperdonable. Algunos prefieren suicidarse a tener que afrontar dicha vergüenza.
Temía explicarle mi decisión al maestro. Por eso, simplemente desaparecí y no volví a hablar con él ni con ninguno de mis compañeros. No tenía duda de que estaba tomando la mejor decisión. Con todo, me sentía culpable por haber desaprovechado la oportunidad de hablarles de mis nuevas creencias. Era como si hubiera defraudado a Jehová aun antes de empezar a servirle. Eso me angustiaba muchísimo. Cada vez que me ponía a orar, terminaba hecho un mar de lágrimas.
... La satisfacción que pudo haberme dado triunfar en el mundo del karate no tiene ni punto de comparación con la alegría que siento al ver cómo el amor de Jehová transforma a las personas.


Atalaya 1 de abril del 2011 págs. 29-30 La Biblia les cambió la vida
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OTROS DATOS: CICLISTA AMBICIOSO
MI PASADO: ... Mi padre tenía una tienda de bicicletas y me llevaba de pequeño a las carreras, lo que hizo que me gustara el ciclismo. Su idea era que me convirtiera en ciclista profesional, por lo que comenzó a entrenarme en serio cuando rondaba los 14 años. Entre los 16 y los 18 gané tres títulos consecutivos de una competición nacional deportiva. Una universidad me abrió sus puertas, pero decidí ir directamente a un centro de alto rendimiento. A los 19 ya era ciclista profesional.
En aquel entonces, mi objetivo en la vida era ser el mejor ciclista de Japón. Quería ganar mucho dinero y proporcionarle a mi familia una vida estable y segura, de modo que me volqué en los entrenamientos. Cuando me desanimaba en algún tramo difícil de una carrera o por los extenuantes ejercicios, me repetía que había nacido para el ciclismo y que no podía rendirme. Al poco tiempo mis esfuerzos empezaron a dar fruto. Fui elegido novato del año en mi primera temporada y en la segunda me clasifiqué para disputar la carrera por el título de campeón de Japón. Seis veces quedé en segundo lugar.
Tenía gran fortaleza y era de los que más carreras ganaba, así que me apodaron la Locomotora de Tokai, una región del país. Era muy ambicioso y hasta los demás ciclistas me temían porque no tenía compasión en las carreras. Como mis ingresos aumentaban, podía darme todos los caprichos que se me antojaran. Me compré una casa con un gimnasio equipado con los mejores aparatos y un vehículo de importación que costó casi tanto como la casa. Por seguridad, invertí dinero en bienes raíces y en la bolsa.
...
CÓMO LA BIBLIA CAMBIÓ MI VIDA: Nunca olvidaré la vez que leí Efesios 5:5. Allí dice: "Ningún fornicador, ni inmundo, ni persona dominada por la avidez -lo que significa ser idólatra- tiene herencia alguna en el reino del Cristo y de Dios". Comprendí que las carreras ciclistas estaban muy ligadas con las apuestas y que fomentaban la ambición, de modo que mi conciencia comenzó a molestarme. Llegué a la conclusión de que si quería complacer a Jehová, tenía que dejar la competición, algo muy difícil para mí.
Había concluido la mejor temporada de mi vida y ansiaba comenzar de nuevo. Por otro lado, sabía que estudiar la Biblia me daba paz y tranquilidad, lo opuesto al espíritu que me movía en las carreras. Solo competí tres veces después de iniciar el estudio, pero en mi interior no había desterrado la competición. Además, no sabía qué hacer para mantener a la familia. Estaba en un atolladero, y encima mis parientes no aceptaron mi nueva religión. Mi padre se sintió muy defraudado. Con tanta presión hasta me salió una úlcera.


Atalaya 15 de junio del 2011 pág. 29 Cómo tener éxito en tu camino
Los jóvenes cristianos no deben dejar que ninguna actividad los lleve a descuidar el servicio a Dios. ¿Has encontrado tú ese equilibrio? Si así es, te felicitamos: vas camino del éxito.
Algunos, sin embargo, se entregan con pasión a actividades que tienen lugar fuera de horas de clase, sea en su centro educativo o en algún otro lugar. Aunque lo que hagan no sea necesariamente malo, deberían preguntarse: "¿Cuánto tiempo me consume? ¿A qué compañías, ambientes y actitudes me expone? ¿Podría convertirse en el centro de mi vida?". Uno puede obsesionarse tanto con una afición que no le queden apenas tiempo ni energías para Dios. Sin duda, es muy importante tener claras las prioridades (Efe. 5:15-17).
Pensemos en el caso de Stefan. "Cuando tenía 12 años -relata-, me uní a un equipo de voleibol. Gané muchos premios y medallas, y tuve la oportunidad de convertirme en una estrella del deporte." No obstante, se dio cuenta de que aquello lo estaba perjudicando espiritualmente. Por ejemplo, andaba tan cansado que se quedaba dormido leyendo la Biblia. Además, participaba con pocas ganas en el servicio del campo. "El deporte -señala- me dejaba sin fuerzas y, de hecho, estaba afectando mi amor por la verdad. Sabía que no estaba dando lo mejor de mí."


Atalaya 15 de junio del 2011 pág. 29 Cómo tener éxito en tu camino




Atalaya 1 de noviembre del 2011 pág. 17 ¿Cómo nos benefician las leyes de Dios?
4. ¿Cómo nos beneficia sentir respeto por la vida?
Las personas que respetan el regalo divino de la vida abandonan hábitos perjudiciales ... Tampoco practican deportes de riesgo, pues comprenden que la vida es un don de Dios. (Lea Salmo 36:9.)


Atalaya 1 de noviembre del 2010 págs. 19-20 La Biblia les cambió la vida

"Deseaba representar a Brasil" (JULIANA APARECIDA SANTANA ESCUDEIRO)

PAÍS: BRASIL

OTROS DATOS: EXPERTA EN ARTES MARCIALES

...Cuando tenía 10 años, mi hermano mayor me animó a que fuera con él a aprender el arte marcial del taekwondo, que literalmente significa "el camino de los pies y las manos". ...

Entrenaba mucho y gané bastantes campeonatos de taekwondo en el estado de Paraná. Luego conseguí el triunfo en varios campeonatos nacionales, y en 1993 obtuve el título de campeona nacional de taekwondo en Brasil. Yo deseaba competir a nivel internacional, pero mi familia era pobre y no me podía pagar los viajes al extranjero.

Mi esperanza era que se incluyera el taekwondo en los juegos olímpicos, y finalmente así fue. Tanto deseaba representar a Brasil en las olimpiadas, que entrené duramente, y recibí patrocinio que me permitió competir en Francia, Vietnam, Corea del Sur y Japón, así como en los juegos sudamericanos. Mi siguiente objetivo era el de participar en los juegos panamericanos, y como me había desempeñado tan bien, me seleccionaron para ser una de las tres que iría a los Juegos Panamericanos de Santo Domingo (República Dominicana) en 2003.

CÓMO LA BIBLIA CAMBIÓ MI VIDA: En 2001, mi novio y yo conocimos a unos testigos de Jehová y empezamos a estudiar la Biblia con ellos... lo que iba aprendiendo me llegó al corazón, y eso quedó claro en la siguiente competición importante en la que participé.

Como fui seleccionada para integrar el equipo que competiría en los juegos panamericanos, mis maestros de taekwondo me hicieron participar en un torneo preliminar. Cuando me llegó el turno, entré en el área de combate y me quedé de pie, inmóvil, sin motivación alguna. De pronto caí en la cuenta de que los cristianos no deben pelear, ni siquiera como deporte. Recordé el mandato bíblico que dice: "Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo" (Mateo 19:19). Sin pensarlo dos veces, di media vuelta y me fui. Todos se quedaron mirándome sin entender lo que pasaba.

Cuando llegué a casa, me senté y me puse a pensar en lo que haría con mi vida. Tomé un folleto publicado por los testigos de Jehová que hablaba de lo que Dios pide de nosotros. En él vi una referencia al Salmo 11:5, donde dice respecto a Jehová: "Su alma ciertamente odia a cualquiera que ama la violencia". Aquellas palabras tuvieron un gran impacto en mí, y decidí dejar el taekwondo.

A mis maestros no les agradó la idea. Trataron de que lo reconsiderara diciéndome que yo era la mejor de todo Brasil y que no renunciara a mi sueño de llegar a los juegos olímpicos. Pero ya había tomado mi decisión.

...

Es cierto que podía haberme esforzado por ganar una medalla de oro en las olimpiadas y hacerme famosa. Pero estoy convencida de que nada de lo que ofrece este mundo injusto se puede comparar con el privilegio de servir a Jehová Dios.


Atalaya 1 de julio del 2009 págs. 25-26 La Biblia les cambió la vida
...
OTROS DATOS: KARATECA
Comencé a aprender karate a los siete años. Me gustaba tanto ese deporte que mi vida giraba en torno a él. Como mi tiempo libre lo pasaba en el gimnasio, todos mis amigos eran deportistas. A la edad de 15 años gané el cinturón rojo (o cinta roja), y al año siguiente el marrón. Mi equipo y yo competíamos en campeonatos rusos y euroasiáticos. Parecía que el futuro me sonreía...
... cuando aprendí en Salmo 11:5 que Jehová odia la violencia, dejé de ver programas de televisión que la exaltaban y, con mucho esfuerzo, abandoné los deportes violentos... dejé de juntarme con los que hacían de los deportes violentos el centro de su vida.


Atalaya 15 de septiembre del 2008 pág. 31 Puntos sobresalientes de las cartas a los Tesalonicenses y a Timoteo
2:22. En vez de dedicar tanto tiempo a la música, el entretenimiento, las aficiones, los viajes, los deportes, el desarrollo de la musculatura, las conversaciones superficiales y cosas semejantes, los cristianos, en particular los jóvenes, deben dar más importancia a los asuntos espirituales.


Atalaya 15 de septiembre del 2007 pág. 10 Cómo infundir amor a Dios en el corazón de los hijos
Shawn, antes mencionado, dice: "Les inculcamos a nuestros hijos que debían llevarse bien con los compañeros de clase, pero que la relación con ellos debía limitarse a la escuela. Y los chicos entendían bien por qué no debían participar en actividades extraescolares o en competiciones deportivas de la escuela".


Atalaya 15 de febrero del 2007 pág. 29 Por qué evitar los extremos
Cuidado con los extremos
La Biblia predijo acerca de nuestros tiempos: "Los hombres serán [...] amadores de placeres más bien que amadores de Dios" (2 Timoteo 3:2, 4). La búsqueda de placeres se ha convertido en uno de los señuelos más eficaces de Satanás para alejar a la gente de Dios. Cada vez son más las personas que se entregan a las diversiones y a la búsqueda de emociones fuertes, como las que producen los deportes extremos "cargados de adrenalina". La lista de estas actividades de riesgo crece continuamente, y también el número de sus adeptos. ¿A qué se debe este fenómeno? A que mucha gente, insatisfecha con su rutina diaria, busca ahogar su frustración con emociones cada vez más fuertes. Y, para conseguirlo, tienen que elevar más y más el nivel de riesgo. Por su parte, el cristiano prudente evita los deportes peligrosos por respeto a la vida y a Aquel que nos la ha dado (Salmo 36:9).


Atalaya 15 de febrero del 2007 pág. 29 Por qué evitar los extremos




Atalaya 1 de mayo del 2004 pág. 31 Los deportes de la antigüedad y la importancia de ganar

Indudablemente, los deportes modernos no honran a los dioses paganos. Sin embargo, ¿no es cierto que algunos deportes se caracterizan por un fervor casi religioso, parecido al que existía en la antigüedad? Además, en los últimos años se ha revelado que, a fin de ganar, algunos deportistas han estado dispuestos a ingerir sustancias para mejorar el rendimiento que ponen en peligro su salud y su vida.

Los cristianos consideramos que los logros físicos tienen un valor muy limitado. Las cualidades espirituales de "la persona secreta del corazón" son lo que nos hace hermosos a los ojos de Dios (1 Pedro 3:3, 4). Reconocemos que no todos los que participan en deportes tienen un feroz espíritu competitivo, pero muchos sí. Si nos relacionamos con estas personas, ¿se nos hará más fácil seguir la exhortación bíblica de 'no hacer nada movidos por espíritu de contradicción ni por egotismo, sino con humildad mental'? ¿O resultará en que tengamos "enemistades, contiendas, celos, arrebatos de cólera, altercaciones [y] divisiones"? (Filipenses 2:3; Gálatas 5:19-21.)

Muchos deportes de contacto pueden terminar en violencia. Cualquiera que se sienta atraído a ellos debe recordar las palabras de Salmo 11:5: "Jehová mismo examina al justo así como al inicuo, y Su alma ciertamente odia a cualquiera que ama la violencia".

El ejercicio puede ser deleitable cuando se mantiene en su debido lugar, y el apóstol Pablo dijo que "el entrenamiento corporal es provechoso para poco" (1 Timoteo 4:7-10).


Atalaya 15 de mayo del 2003 págs. 8-9 Antes y después: un pasado turbio, un futuro brillante

Después de entender el punto de vista de Dios respecto a la violencia y los arrebatos de cólera, no le quedó la más mínima duda de que el boxeo era un deporte inaceptable. Con la ayuda de Jehová y el estímulo de quienes le daban clases de la Biblia, Richard dejó atrás la violencia. Renunció al boxeo y a las peleas callejeras y decidió mejorar su vida de familia.


Atalaya 15 de mayo del 2003 pág. 9 Antes y después: un pasado turbio, un futuro brillante




Atalaya 15 de agosto del 2002 pág. 29 ¿Recuerda usted?

¿A qué deportes modernos se han comparado los violentos y mortíferos espectáculos de gladiadores del Imperio romano?

Una reciente exposición en el Coliseo de Roma (Italia) mostró paralelos modernos al proyectar vídeos con escenas de corridas de toros, combates de boxeo profesional, carreras de automóviles y motocicletas, y peleas entre espectadores en otros encuentros deportivos. Los primeros cristianos tomaron a pecho que Jehová no ama la violencia ni a los violentos, y los cristianos de hoy tampoco deben hacerlo (Salmo 11:5).-15/6, página 29.


Atalaya 15 de junio del 2002 pág. 29 Una lección de la historia de Roma

En la actualidad, las peleas de perros, de gallos, así como las corridas de toros y los deportes violentos, son habituales en numerosos países. Grandes muchedumbres se exaltan al contemplar a quienes arriesgan la vida en las carreras de vehículos de motor... Pudiéramos preguntarnos: "¿Me divierten los espectáculos de sangre, muerte o violencia que se presentan en televisión o en Internet?". Conviene recordar las palabras de Salmo 11:5: "Jehová mismo examina al justo así como al inicuo, y Su alma ciertamente odia a cualquiera que ama la violencia".


Atalaya 15 de junio del 2002 pág. 29 Una lección de la historia de Roma




Atalaya 15 de junio de 1999 pág. 13 ¿Deberíamos ser de mentalidad más abierta?

Hace algunos años unos jóvenes procedentes de varias congregaciones empezaron a practicar deporte juntos. Desafortunadamente, surgió entre ellos un espíritu de competencia que condujo a duros enfrentamientos verbales. ¿Cómo trataron los ancianos locales el problema? Puesto que reconocían la necesidad de esparcimiento que tienen los jóvenes, no les recomendaron que dejasen de reunirse con ese fin (Efesios 5:17; 1 Timoteo 4:8). Más bien, les dieron advertencias firmes y razonables sobre lo que el espíritu de competición pudiera causar. También les ofrecieron sugerencias útiles, como, por ejemplo, que hubiese adultos responsables con ellos. Los jóvenes agradecieron el consejo sabio y equilibrado y respondieron bien. Además, su respeto y afecto por los ancianos aumentó.


Atalaya 1 de agosto de 1999 págs. 11-12 párr. 5 "Cíñanse con humildad mental"

Estas palabras describen con precisión el espíritu que predomina en este mundo. Se trata de una actitud egoísta. La rivalidad entre las naciones tiene su reflejo en la rivalidad entre las personas. Por ejemplo, en los deportes de competición, muchos atletas desean ser el número uno sin tener en cuenta el daño emocional o hasta físico que eso cause a otros. Ese espíritu egocéntrico se fomenta en la infancia y persiste en muchas facetas de la vida adulta. Resulta en "enemistades, contiendas, celos, arrebatos de cólera, altercaciones, divisiones" (Gálatas 5:19-21).


Atalaya 1 de febrero de 1996 pág. 26 párr. 14 Confíe en Jehová y en su Palabra

El fisiculturismo, los deportes, la música, los espectáculos, los pasatiempos, los viajes, aunque no son necesariamente malos, pueden constituir un lazo si se vuelven el principal objetivo de la vida.


Atalaya 15 de febrero de 1996 pág. 4 La violencia, presente en todas partes

Violencia en los deportes y el entretenimiento

La finalidad de los deportes y las actividades recreativas siempre ha sido proporcionar diversión o esparcimiento al individuo, para que este recupere las fuerzas y acometa las tareas más importantes de la vida. Hoy en día, el entretenimiento constituye una industria que mueve miles de millones de dólares, y los empresarios, ansiosos de sacar la mejor tajada de este lucrativo mercado, no tienen escrúpulos de emplear cualquier medio a su alcance. Uno de ellos es la violencia.

Según la revista de economía y finanzas Forbes, cierto fabricante de videojuegos distribuye un popularísimo juego de lucha en el que un guerrero le arranca la cabeza y la espina dorsal a su oponente mientras los espectadores gritan: "¡Remátalo! ¡Remátalo!". Una compañía rival lanzó una versión del mismo juego sin este efecto sangriento. ¿El resultado? La versión más violenta se vende más que su competidora, en una proporción de 3 a 2, lo que se traduce en enormes sumas de dinero. La aparición en el mercado internacional de las versiones familiares de tales juegos supuso a los fabricantes ganancias brutas de 65.000.000 de dólares en las primeras dos semanas. Cuando hay dinero de por medio, la violencia es un señuelo más para atraer al consumidor.

La violencia deportiva constituye un capítulo aparte. Los jugadores suelen ufanarse del daño que ocasionan a sus rivales. Por ejemplo, en un partido de hockey celebrado en 1990 se pitaron 86 penaltis, una cantidad sin precedentes. El juego se vio interrumpido durante tres horas y media por los violentos incidentes que se registraron. Un jugador fue atendido por fractura de la cara, rasguños en la córnea y una cortadura profunda. ¿Qué motivó tanta violencia? Un jugador explicó: "Cuando se gana un juego emocionante de verdad, en el que hay muchas peleas, uno llega a casa y se siente más unido a sus compañeros de equipo. En mi opinión, las peleas contribuyeron a que el juego fuera realmente espiritual". Por lo visto, en buena parte del deporte moderno la violencia ya no es un medio para conseguir un fin, sino el fin en sí mismo.


Atalaya 15 de agosto de 1993 pág. 19 párr. 6 Hagan que su autodominio exista y rebose

Muchas personas opinan que, en líneas generales, es saludable desfogarse, dar rienda suelta a las emociones. Esa idea se ve respaldada por el ejemplo de las celebridades del mundo, que parecen pasar por alto el autodominio en todo aspecto de la vida y dan rienda suelta a sus impulsos. Ilustrémoslo así: muchos aficionados a los deportes profesionales se han acostumbrado a ver que las emociones se desbordan e incluso llegan a la furia violenta. Aunque tan solo lo haya leído en la prensa, ¿recuerda algunos encuentros deportivos donde estallaron peleas brutales o en los que las muchedumbres se enfurecieron? Nuestro objetivo, sin embargo, no es explayarnos en repasar ejemplos de falta de autodominio. Se podrían mencionar muchos terrenos donde es necesario mostrar esta cualidad, por ejemplo, en la comida y bebida, en las relaciones con el sexo opuesto y en la cantidad de tiempo y dinero que invertimos en pasatiempos. Pero en vez de examinar superficialmente muchos de estos campos, centrémonos en uno de los principales ámbitos donde debemos mostrar autodominio.


¡Despertad! 22 de agosto de 1991 págs. 5-9 Problemas de los deportes de hoy

Problemas de los deportes de hoy

.... Uno de los problemas principales radica en el énfasis que se pone en ganar. La revista Seventeen llama a eso "una cara oscura de los deportes". ¿Por qué? Porque, citando de la misma revista, "ganar adquiere más importancia que la honradez, las tareas escolares, la salud, la felicidad y la mayoría de los demás aspectos importantes de la vida. Ganar lo es todo".

La experiencia de Kathy Ormsby, una universitaria estadounidense que sobresalió en el atletismo, sirve para ilustrar las lamentables consecuencias de poner demasiado énfasis en los logros deportivos. El 4 de junio de 1986, unas semanas después de establecer un récord universitario nacional femenino en la carrera de 10.000 metros, Kathy salió de la pista mientras competía en los campeonatos de la NCAA (National Collegiate Athletic Association), corrió hacia un puente cercano y trató de suicidarse tirándose de él. Aunque sobrevivió, quedó paralítica de cintura para abajo.

Scott Pengelly, un psicólogo que trata a atletas, comentó que el caso de Kathy no es único. Tras el intento de suicidio de esta joven, Pengelly informó: "Recibí llamadas telefónicas en las que me decían: 'Creo que a mí me ocurre lo mismo'". Otra atleta, Mary Wazeter, de la universidad de Georgetown (E.U.A.), que logró un récord nacional para su edad en un medio maratón, también intentó suicidarse tirándose de un puente, y quedó paralítica para el resto de su vida.

La presión para ganar, para responder a las expectativas, puede ser inmensa, y las consecuencias del fracaso, devastadoras. Donnie Moore era un destacado lanzador del equipo de béisbol California Angels. Si hubiese logrado un strike más, habría conseguido que su equipo pasase a la Serie Mundial de béisbol de 1986. Pero el bateador del equipo de Boston (Massachusetts) logró una home run (carrera completa) y su equipo no solo ganó el partido, sino también el campeonato de la Liga Americana, y así se clasificó para la Serie Mundial. Donnie, quien según sus amigos estaba obsesionado por su fracaso, se suicidó de un disparo.

Una competencia extremada

Un problema relacionado con el que se acaba de exponer típico de los deportes de hoy día es la extremada competencia. No es exagerado decir que los competidores pueden transformarse en verdaderos monstruos. Cuando era campeón de peso pesado, el boxeador Larry Holmes dijo que una vez que subía al cuadrilátero tenía que cambiar. "Debía dejar fuera la bondad y sacar a relucir todo lo malo -explicó-, como el doctor Jekyll y míster Hyde." Los deportistas llegan a tener un impulso obsesivo de tratar de impedir que los ganen otros tan buenos como ellos.

"Hay que tener ese fuego dentro -dijo en cierta ocasión un ex entrenador de fútbol americano-, y no hay nada que alimente tanto ese fuego como el odio." Se informa que incluso el anterior presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, dijo en cierta ocasión a un equipo de fútbol americano universitario: "Pueden sentir un odio limpio al contrincante. Es un odio limpio, pues solo está relacionado con la camiseta". Pero ¿está bien llegar a tener odio a un contrincante?

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Lo cierto es que muchas veces los jugadores salen con la intención de lesionar a sus oponentes, y se les recompensa por ello.

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Antes, cuando los niños jugaban solo para divertirse, regresaban a casa si se hacían daño, y no volvían a jugar hasta que el dolor y las molestias habían desaparecido. Pero en los deportes organizados de competición, muchas veces los niños siguen jugando y se dañan partes del cuerpo que ya están resentidas o doloridas...

Dinero y fraude

Otro problema de los deportes es que el dinero se ha convertido en el interés principal. Parece ser que lo que impera en los deportes es la codicia, no la deportividad y el juego limpio. ...

Los equipos universitarios de "fútbol [americano] y baloncesto tienen que hacer dinero -explica John Slaughter, rector de una universidad-, y para hacer dinero tienen que ganar". Esto resulta en un círculo vicioso de consecuencias desastrosas, en el que ganar se convierte en una obsesión.

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No es de sorprender que los valores de los jugadores jóvenes estén por los suelos, otro importante problema de los deportes hoy día. Es común el uso de drogas para aumentar el rendimiento; en cambio, no es tan común conseguir una educación.

Además, con demasiada frecuencia los pocos deportistas universitarios que con el tiempo triunfan en el deporte profesional y ganan buenos salarios terminan de manera trágica. Son incapaces de administrar su dinero y de afrontar la vida con realismo. Travis Williams, que murió el pasado mes de febrero a los cuarenta y cinco años sumido en la pobreza y sin un techo bajo el que cobijarse , es solo un ejemplo. ...

Problemas relacionados con los espectadores

En la actualidad, la gente pasa más tiempo viendo cómo se juegan ciertos deportes que practicándolos, por lo que han surgido importantes problemas. Por un lado, el ir a menudo a ver partidos expone a la persona al comportamiento obsceno y hasta violento de otros espectadores. En el ambiente cargado de emociones de algunos partidos, las peleas no son infrecuentes; como resultado, centenares de personas han resultado heridas y hasta muertas mientras presenciaban acontecimientos deportivos.

No obstante, hoy la mayoría de los espectadores no están presentes en los partidos, sino que los ven por televisión. En Estados Unidos hay un canal de televisión que emite deportes las veinticuatro horas del día y dedica a las noticias de deportes que se juegan en el día más tiempo que el que dedica cualquiera de las principales cadenas de televisión a las noticias diarias. Pero, ¿se pueden ver deportes en la intimidad del hogar sin que surja problema alguno?

Por supuesto que no. Una mujer explica: "Durante años, mi marido se ha conocido todos los deportistas profesionales, y él no es ni mucho menos un caso aislado. Casi todos sus amigos ven los deportes regularmente. Lo peor de esto -dice esta misma mujer- es la influencia que ejerce en los niños. Me sienta mal que mi marido dedique su tiempo libre a ver deportes sin mostrarnos ninguna consideración a mí o a los niños".

¿Una queja aislada? En absoluto. En familias de muchas partes del mundo, hay quienes pasan demasiado tiempo viendo deportes y descuidan al resto de la familia. Una esposa brasileña comenta sobre una grave consecuencia: "El amor y la confianza entre el marido y la mujer pueden irse socavando gradualmente, lo que pone en peligro el matrimonio".

Los aficionados a los deportes a menudo se desequilibran también en otros aspectos. Acostumbran a idolatrar a los jugadores, algo que algunos de los propios jugadores ven como un problema. "Cuando entraba en mi ciudad natal, las personas se detenían y me contemplaban como si estuviesen esperando bendiciones del Papa -comentó el famoso tenista alemán Boris Becker-. Cuando miraba a los ojos de mis hinchas [...], me daba la sensación de estar mirando a monstruos. Su ojos fijos no tenían vida."

...

... [Recuadro en la página 9]

La religión de los deportes

El canadiense Tom Sinclair-Faulkner afirmó que "en Canadá, el hockey [sobre hielo] es más que un juego: para muchos, es como una religión". Esta es la actitud típica que manifiestan muchos entusiastas del deporte, sin importar donde vivan.

Por ejemplo, en Estados Unidos se ha llamado a los deportes "una religión seglar aceptada". David Cox, psicólogo de deportes, indicó que "existen muchas conexiones entre los deportes y la definición que el diccionario da del término religión". Algunas "personas tratan a los deportistas como si fuesen dioses o santos", añadió el señor Cox.

Los fanáticos de los deportes hacen grandes sacrificios, dedicando tiempo y dinero a su deporte, a menudo con perjuicio para sus familias. Los hinchas son capaces de pasar incontables horas viendo deportes por la televisión. Visten con orgullo los colores de su equipo y llevan emblemas deportivos a la vista de todo el mundo. Entonan entusiásticamente canciones y estribillos que los identifican como devotos de su deporte.

Muchos deportistas hasta llegan a orar por la bendición de Dios antes de un partido, y se arrodillan para ofrecer una oración de gracias cuando marcan un gol. En el Campeonato Mundial de fútbol de 1986, una estrella del fútbol argentino atribuyó su gol a la mano de Dios. Y al igual que a algunos fanáticos religiosos, a estos fanáticos de los deportes se les ha llamado "fundamentalistas dogmáticos". Su fanatismo ha desencadenado peleas sangrientas, mortales en ocasiones, entre hinchas rivales.

Al igual que la religión falsa, la "religión seglar" de los deportes suministra "santos", tradiciones, reliquias y rituales a sus ávidos seguidores, pero no da un significado verdadero ni duradero a su vida.


¡Despertad! 22 de agosto de 1991 pág. 9 Problemas de los deportes de hoy




Atalaya 15 de mayo de 1989 pág. 28 ¡La tierra donde canta el bulbul oye la "canción nueva"!
La "canción nueva" ha afectado la vida de muchas personas sinceras. Herbert ganó una beca para la universidad de Monrovia y un empleo con el gobierno por su habilidad como jugador de fútbol. Sin embargo, cuando se enteró de lo que la Biblia dice acerca de un espíritu de competencia, dejó su carrera deportiva. (Gálatas 5:26.) Ahora se regocija en su nueva carrera de ministro de tiempo completo.


¡Despertad! 8 de noviembre de 1989 págs. 4-7 Violencia en los deportes, ¿por qué aumenta?
Violencia en los deportes, ¿por qué aumenta?
"EL DEPORTE es salud", dice un viejo adagio. En la antigüedad, los médicos griegos afirmaban que una actividad deportiva moderada podía resultar en buena salud.
Sin embargo, hoy día, muchos espectáculos deportivos no son nada saludables ni para los participantes ni para los espectadores. La violencia en los deportes ha alcanzado tales proporciones, que el Parlamento Europeo ha aprobado una extensa resolución "sobre el vandalismo y la violencia en el deporte". ... Las condiciones en las gradas de los estadios son muy parecidas a las de las arenas de la antigua Roma, donde los espectadores instigaban a los gladiadores a dar muerte a sus adversarios. Los hinchas intercalan obscenidades y consignas racistas en sus gritos instigadores.
Además, suelen llevar encima armas peligrosas. Cuando la policía ha registrado a la gente antes del comienzo de algunos partidos, han encontrado verdaderos arsenales: navajas, bengalas y bolas de billar. En las gradas de algunos estadios británicos ¡incluso han llovido nubes de dardos con punta de acero! ....
Además, están los actos de violencia perpetrados contra los árbitros, como el que tuvo lugar recientemente durante una temporada de fútbol en Italia, en el que 690 árbitros fueron víctimas de tales ataques. El árbitro de un combate de boxeo en los Juegos Olímpicos de Seúl fue atacado de modo salvaje por entrenadores y hasta por policías que no estaban de acuerdo con su decisión.
La violencia en el deporte no solo supone un peligro para la vida de la gente, sino también un considerable gasto económico, que envuelve entregar centenares de miles de dólares por las pérdidas causadas por robos, saqueos y vandalismo y también enormes cantidades de dinero para prevenir estos actos. En un día normal del calendario de fútbol británico, se gastan aproximadamente 700.000 dólares (E.U.A.) tan solo en protección policial.
¿A qué obedece semejante agresividad salvaje?
La violencia: "intrínseca" a la práctica del deporte hoy día
Hoy día, la agresividad ha llegado a estar vinculada a los deportes. ... Después de la primera guerra mundial y en especial después de la segunda, la gente que vivía en los llamados países desarrollados han tenido cada vez más tiempo libre. Como consecuencia, la recreación se ha convertido en poco tiempo en un negocio muy lucrativo, los intereses económicos han ocupado su lugar junto a los intereses nacionales y sociales, y los espectáculos deportivos de hoy son "un escenario en el que dominan factores económicos, políticos y sociales". En otras palabras, el deporte se ha convertido en un "fenómeno de masas". Con frecuencia, el ganar supone millones de dólares para los vencedores. La televisión también ha contribuido a la popularidad de los deportes y puede que hasta haya fomentado la violencia que reina en ellos. De hecho, a menudo la cámara de televisión se recrea en las jugadas violentas en lugar de en las que se consideran moderadas, y las repone una y otra vez por medio de repeticiones instantáneas. Así que es posible que la televisión, involuntariamente, esté intensificando los efectos que la violencia en los deportes tiene en la mente de futuros hinchas y jugadores. El deporte de aficionados apenas existe, y en su lugar está la "afición profesional", según lo expresó cierta revista al hablar de las decenas de miles de dólares que ganaron los deportistas durante los Juegos Olímpicos de 1988, celebrados en Seúl.
El nacionalismo hace que los deportistas, entrenadores, managers y espectadores atribuyan una importancia exagerada a la victoria. Después de ciertos espectáculos deportivos internacionales, a los ganadores se les concede honores por su triunfo, como los que se concedían en tiempos antiguos a los comandantes que regresaban victoriosos a casa. ...
Otra forma de violencia
Pero esto no es todo en cuanto a la violencia en el mundo de los deportes. En los Juegos Olímpicos de 1988 celebrados en Seúl estalló el "escándalo del doping". El doping, que consiste en el uso de drogas ilegales para aumentar los niveles de energía de los deportistas y conseguir un rendimiento mayor al normal, es una práctica que, no solo perjudica el espíritu deportivo, sino también la salud de los deportistas.
¿Hasta qué grado se ha extendido este fenómeno?
[Comentario en la página 6]
A menudo la cámara de televisión se recrea en las jugadas violentas y las repone una y otra vez por medio de repeticiones instantáneas
[Fotografía en la página 7]
El nacionalismo atribuye una importancia exagerada a la victoria


Anuario 1989 págs. 196-197 Barbados, Antillas
Por ejemplo: el deporte más popular de Barbados es el críquet. Se sigue con tanta pasión que un escritor observó: "El críquet es más una religión que un deporte". Los entusiastas siguen el juego por la radio, la televisión o en vivo en el "sagrado" campo de críquet de Kensington Oval. Pero la mayoría de los hermanos, sabiendo que consume mucho tiempo, se han esforzado por mantener un punto de vista equilibrado sobre esta y otras formas de diversión que pueden afectar negativamente la vida espiritual de la persona.


Atalaya 1 de octubre de 1989 pág. 29 'A menos que Jehová edifique la casa...'
Aunque lo más fácil es dejar que los hijos vayan por su lado y busquen sus propios intereses, eso resulta peligroso. Por ejemplo, ¡qué imprudente sería permitir que los jóvenes participaran en actividades deportivas hasta el punto de poner en peligro su vida o alguna parte del cuerpo! (1 Timoteo 4:8.) Al grado que les sea posible, escojan actividades en que puedan participar todos los miembros de la familia. El padre puede pedir opiniones e ideas y asignar a cada miembro a hacer algo en preparación para tales actividades.


Atalaya 1 de diciembre de 1989 págs. 12-13 Por qué necesitamos conocimiento exacto
Un hijo pródigo de la actualidad
11 Podemos ilustrar esto con el caso de la vida real de un joven cuyo amor a la verdad fue sometido a prueba cuando tenía unos 14 años de edad y ya era cristiano bautizado. Como a muchos jóvenes, le encantaban los deportes, especialmente el fútbol (soccer). Pero surgió un problema. El equipo de la escuela jugaba fútbol la misma noche en que la congregación tenía sus reuniones. La espiritualidad del joven no fue lo suficientemente fuerte como para ayudarle a ver que el valor del fútbol era superficial en comparación con el valor duradero de asistir a las reuniones cristianas con su madre viuda y su hermano y hermana menores. Así que cesó de guiarse por el conocimiento exacto al actuar y decidió dejar la verdad. Con el tiempo fue expulsado de la congregación. Después ingresó en el ejército, donde empezó a usar drogas.


Atalaya 1 de diciembre de 1989 pág. 30 Escalé la mejor montaña
El Testigo que estudiaba con nosotros no nos obligaba a cambiar de opinión ni de estilo de vida. Solo nos explicaba claramente lo que la Biblia decía. Por eso, seguí siendo alpinista durante los primeros dos años de mis estudios bíblicos. A medida que adelanté en conocimiento, me di cuenta de que el alpinismo era para mí como una adicción. Además, el accidente que tuve por la roca que se desprendió me recordó las palabras de Jesús a Satanás cuando este lo desafió diciéndole que se arrojara del almenaje del templo. Jesús le dijo: "No debes poner a prueba a Jehová tu Dios". (Mateo 4:5-7.) Comprendí que esta actividad mostraba falta de respeto a la vida que Jehová me había dado.
Por lo tanto, pasé a otro alpinista experimentado la responsabilidad de nuestro grupo y no se me hizo difícil cruzar del alpinismo al cristianismo. Después de haber regalado o vendido todo mi equipo -esquís, garfios para trepar, anillos para la cuerda, martillos, clavos con ganchos y una piqueta-, puedo decir con sinceridad, usando palabras como las del apóstol Pablo, que para mí aquellas cosas habían llegado a ser "un montón de basura". (Filipenses 3:8.)


Atalaya 15 de enero de 1988 pág. 25 Una asamblea que profundizó nuestra confianza en Jehová
Los jóvenes han dado prueba de que confían en Jehová al resistir las presiones para que se entreguen a los deportes u opten por una educación universitaria después de completar la escuela secundaria.


Atalaya 15 de octubre de 1988 pág. 21 Ponderando las noticias
Sin embargo, ¿se puede decir que el participar en un deporte violento y de competición vigorosa glorifica a Dios? ¡Difícilmente! Como indica Psychology Today: "La mismísima naturaleza de la competencia exige adoptar temporalmente el espíritu egoísta mientras el atleta procura ganar". Sin embargo, la Biblia dice que los cristianos 'no deben vigilar con interés personal solo sus propios asuntos, sino también con interés personal los de los demás'. (Filipenses 2:3, 4.) Los verdaderos cristianos glorifican a Dios mediante hacer la voluntad de él, no la de ellos. (Compárese con Isaías 58:13, 14.)


Atalaya 15 de diciembre de 1987 págs. 21-22 El desoír advertencias y poner a prueba a Dios
¿Hay base sólida para que alguien crea que puede llevar una vida "encantada" con la protección especial de Dios? Por ejemplo, ... ¿qué hay de esperar protección especial cuando se participa en algún deporte peligroso? ¿Es razonable poner a prueba a Dios en tales circunstancias?


Atalaya 15 de marzo de 1986 pág. 23 ¿Cómo podemos 'agradar plenamente' a Jehová?
Tampoco debemos pasar por alto el ser moderados y el factor tiempo. Para 'agradar plenamente' a Jehová debemos mantener el entretenimiento en su lugar, como algo incidental y no de primera importancia. Nunca debemos ir tras las diversiones -un programa especial de televisión o algún espectáculo deportivo- hasta el grado de permitir que obstruyan nuestra asistencia a las reuniones cristianas o nuestra participación regular en el ministerio del campo. (Mateo 6:33.)


Atalaya 15 de marzo de 1986 pág. 13 párr. 16 ¿Es su ojo "sencillo"?
Aun en la recreación, pasatiempos, deportes, ejercicios, etcétera, debemos ejercer equilibrio apropiado y guardarnos contra el caer en las novedades y antojos de este mundo.


Atalaya 1 de mayo de 1986 págs. 23-24 Profesionales que hallaron verdadero empleo para toda la vida
Quería hacerse rico pronto
Takafu, miembro de una familia de seis hijos, sobrevivió los ataques aéreos sobre la ciudad de Nagoya durante la II Guerra Mundial solo con lo que tenía puesto y con la filosofía de hacerse rico pronto. Debido a la insistencia de su tío, Takafu se matriculó en una escuela para ciclistas profesionales a la edad de 15 años. A la edad de 22 años se había convertido en un ciclista profesional de primera clase y participaba en carreras por todo el país. Él recuerda haber visto a su madre ofrecer lo que él había ganado ante el altar de la familia en muestra de gratitud. Era evidente que Takafu había alcanzado su meta en la vida y que todo iba progresando bien.
Luego cierto misionero de los testigos de Jehová visitó el hogar de Takafu y le dejó algo en que pensar. Palabras de Jesús como las siguientes quedaron grabadas en la mente y el corazón de él: "¿De qué provecho le será al hombre si gana todo el mundo, pero lo paga con perder su alma?". (Mateo 16:26.) Con el tiempo, Takafu progresó en conocimiento bíblico y reconoció que tenía que hacer algunos cambios en su vida.
"Como ciclista profesional, sabía que las carreras de bicicleta y el jugar por dinero van a la par -dijo Takafu-. Sin embargo, aún así la decisión no era fácil. Había dedicado siete años de mi vida al deporte y mis ingresos parecían ser esenciales para el bienestar de mi familia. Pero había aprendido de la Biblia que Moisés y Pablo se encararon a decisiones similares y escogieron el mejor derrotero. Yo hice lo mismo." Takafu emprendió una nueva carrera, la carrera por la vida, y ha continuado en ella hasta el día de hoy, sirviendo por algunos años de superintendente viajante.


Atalaya 15 de septiembre de 1985 pág. 13 Ponderando las noticias
Violencia en los deportes
"Los estadios de fútbol de Europa están llegando a asemejarse cada vez más a las arenas de gladiadores". ... La violencia por parte de fanáticos es un problema que está creciendo en otras partes del mundo también. En mayo, fanáticos chinos de Pekín también causaron disturbios -destrozaron autobuses, volcaron automóviles y amenazaron a los extranjeros- cuando su equipo de fútbol fue eliminado de la competencia para la Copa Mundial por Hong Kong.
¿Qué hace que los fanáticos de los deportes pierdan el control? ... Es sencillamente el puro nacionalismo. En una era de comunicaciones instantáneas, cada vez más a menudo la gente crea una cuestión nacionalista de los eventos deportivos internacionales, y las acciones de la prensa, los funcionarios deportivos, los políticos y los mismos atletas avivan las emociones." El señor Goldstein agregó que, para los fanáticos, "los eventos deportivos internacionales se han convertido en pruebas de lo correcto o lo incorrecto de la ideología".
Aunque el nacionalismo tal vez estimule la violencia entre muchos fanáticos de los deportes, los cristianos verdaderos son defensores neutrales del Reino de Dios, los cuales aman la paz. Además, evitan contagiarse con el espíritu de competencia del mundo. (Juan 17:16; Romanos 12:18; Gálatas 5:26.)


Atalaya 1 de octubre de 1984 págs. 18-19 párr. 16 Permanezca "sin mancha del mundo"
Naturalmente, no podemos citar todas las maneras como los testigos de Jehová demuestran que están permaneciendo "sin mancha del mundo". Sin embargo, seguramente el ... deleitarse en actividades deportivas con un marcado espíritu de competencia o que sean violentas , ... no son maneras de mantenerse sin mancha de este mundo (1 Corintios 6:9, 10; 15:33; Gálatas 5:19-26; 1 Pedro 4:3).


¡Despertad! 8 de agosto de 1984 Las olimpiadas, los deportes y la religión... ¿hay algún conflicto?
El espíritu de competición resulta en divisiones, orgullo y jactancia. Entonces la dignidad del que "pierde" no es respetada. Debido a dicho espíritu mundano, los cristianos no querrán verse envueltos en ligas competidoras, ni siquiera entre ellos mismos. Tampoco querrán hacer arreglos para que una congregación cristiana compita contra otra en algún deporte. Recuerde que sea cual sea la filosofía común, el ganar no es lo único que importa. Como escribió James Michener: "El perder un juego no equivale a la muerte. El que yo no llegue a ser número uno no hace de mí un ser humano de menos valor".
Mucho más importante que cualesquier logros en el campo de los deportes son las cualidades que desarrollemos como imitadores de Cristo. El que derrotemos a otros en cierto deporte no hace de nosotros una mejor persona. Quizás hasta nos haga peores. El apóstol Pablo aconsejó: "No nos hagamos egotistas, promoviendo competencias unos con otros, envidiándonos unos a otros". "Pero que él pruebe lo que es su propia obra, y entonces tendrá motivo de alborozarse respecto de sí mismo solo, y no en comparación con la otra persona." (Gálatas 5:26; 6:4.)
[Ilustración en la página 11]
La ceremonia olímpica pagana se repite en tiempos modernos


Atalaya 15 de junio de 1983 pág. 12 Timoteo recibe consejo de un anciano
No se debe permitir que la recreación, los pasatiempos favoritos, las vacaciones o los deportes usurpen el tiempo que se ha reservado apropiadamente para nuestro ministerio cristiano. (1 Timoteo 2:4; 4:8.)


Atalaya 15 de mayo de 1982 pág. 20 Juventud feliz en un mundo corrupto
Tu conciencia cristiana
Tú sabes que, por ser un fiel joven cristiano, hay ciertas cosas que tu conciencia entrenada por la Biblia no te permite hacer. Por ejemplo, ... tú sabes que las escuelas con frecuencia fomentan excesivamente los deportes de competencia, e instan a los estudiantes a dedicar mucho tiempo a dichas actividades... no solo por recreación, sino con tanto énfasis a ganar que a veces el resultado puede ser violencia.


Atalaya 1 de octubre de 1982 pág. 10 Se deja resplandecer la luz en el corazón de África
"Antes de conocer el modo de vivir cristiano, era un verdadero entusiasta de los deportes y practicaba la lucha y el boxeo tradicionales. Para mí el pelear era un modo de vida y la lucha cuerpo a cuerpo era un gran placer. También me encantaba levantar pesas. En 1963 gané el campeonato de lucha para el Congo y ese mismo año quedé en primer lugar en el levantamiento de pesas, al levantar 85 kilos con una mano y 150 kilos con las dos. Todo el tiempo recurría a mis fetiches en busca de fortaleza y aguante. Esto fue aún más cierto cuando quisieron enviarme al Japón para representar a mi país.
"Una vez más eché de la casa a mi esposa para poder concentrarme en las actividades deportivas. Ella se puso a vivir con un teniente. Todavía solía verla de vez en cuando y cierto día hallé el libro intitulado 'De paraíso perdido a paraíso recobrado,' que el teniente había comprado para ella. Quedé impresionado con este libro y lo tomé prestado por dos semanas. Me impresionó particularmente el título de la página 203: 'Cómo termina este mundo.' Leí el libro con detenimiento y cada vez que pensaba en él, sentía temor. Decidí escribir una carta a los publicadores del libro para pedirles otros libros, y al mismo tiempo saqué los fetiches de mi habitación y los puse en la de mi padre. Mi familia estaba bastante sorprendida por lo que hice.


Atalaya 15 de octubre de 1981 pág. 31 Preguntas de los lectores
Preguntas de los lectores

¿Puede un cristiano dedicado y bautizado hacerse boxeador profesional y todavía mantenerse en condición aceptable ante su congregación?

El que un cristiano se hiciera boxeador profesional lo pondría en conflicto con el consejo de Dios. Consideremos parte de ese consejo bíblico.
Las Escrituras muestran claramente que los cristianos dedicados deben producir el fruto del espíritu santo de Dios, que es amor, gozo, paz, gran paciencia, benignidad, bondad, fe, apacibilidad y gobierno de uno mismo. (Gál. 5:22, 23) El boxeo profesional muestra franca desatención a ese fruto. La Biblia nos aconseja que seamos "pacíficos con todos los hombres" y que no peleemos, sino que seamos 'amables para con todos.' (Rom. 12:18; 2 Tim. 2:24) De manera similar, en Santiago 3:18 leemos que 'la semilla del fruto de la justicia se siembra en condiciones pacíficas para los que están haciendo la paz.' Además, se nos dice que 'amemos a nuestro prójimo como a nosotros mismos' y que el amor no obra "mal" para con el prójimo, y por consiguiente no le causa daño ni lo lastima.-Rom. 13:9, 10.
No se puede considerar al boxeo profesional como simplemente un deporte innocuo. Es un hecho bien conocido que cuando los púgiles o boxeadores suben al cuadrilátero van impulsados por el fuerte deseo de lastimar a su contrincante. Momentáneamente, puede que hasta abriguen sentimientos destructivos u homicidas hacia el rival. Los observadores pueden percibir este espíritu, como se deja ver a menudo por la forma en que los espectadores responden al combate. Vez tras vez se les oye gritar: "¡Mátalo! ¡Mátalo!"
Por eso, no es sorprendente el que de vez en cuando la prensa informe que un boxeador ha sido herido mortalmente en el cuadrilátero. En el boxeo siempre existe el riesgo de que uno de los púgiles se convierta en homicida, y, como declara el apóstol Juan, "ustedes saben que ningún homicida tiene vida eterna." (1 Juan 3:15) Se relaciona con esto la opinión de un experimentado oficial de boxeo en el sentido de que el boxeo es "asesinato legalizado" y que debería ser prohibido por ley. También se ha descrito al boxeo como "acometimiento con intención maliciosa." Y otro aspecto sórdido del boxeo profesional es la clase de gente que está envuelta en el manejo del deporte. A menudo lo controlan elementos criminales del hampa.
En vista de estos hechos, ¿cuál debería ser la actitud de los ancianos de la congregación para con el cristiano dedicado y bautizado que se hiciera boxeador profesional? Primero, ellos querrían aconsejar a tal hermano en armonía con los principios bíblicos que ya hemos enunciado. (Gál. 6:1) De manera bondadosa, pero firme, deben mostrar las razones por las cuales tal boxeo no es compatible con el que uno sea seguidor dedicado de Jesucristo, el "Príncipe de Paz." (Isa. 9:6) Pudieran mostrarle que un cristiano debe hacer "trabajo duro, haciendo con las manos lo que es buen trabajo." Difícilmente puede llamarse "buen trabajo" al ganar dinero como boxeador profesional mediante golpear a un contrincante en el cuadrilátero.-Efe. 4:28.
También se le debe recordar a la persona que aunque el boxeo profesional pudiera suministrarle una subsistencia cómoda, los cristianos no tienen que rebajarse a tales medios, porque la Palabra de Dios nos asegura, en Hebreos 13:5, 6: "Que su modo de vivir sea exento del amor al dinero, estando contentos con las cosas presentes. Porque él ha dicho: 'De ningún modo te dejaré y de ningún modo te desampararé.' De modo que podemos tener buen ánimo y decir: 'Jehová es mi ayudante; no tendré miedo. ¿Qué puede hacerme el hombre?'"
Por lo tanto, a tal persona se le debe dar un plazo razonable para que descontinúe su profesión u ocupación que no está en armonía con el modo de vivir cristiano. Si no descontinuara tal ocupación, a los ancianos no les quedaría más recurso que excluir de la congregación a tal persona.-1 Cor. 5:11-13.


Atalaya 1 de septiembre de 1981 pág. 4 He visto vidas maravillosamente transformadas
El rugby era mi deporte favorito. Jugaba en la posición del medio detrás de las líneas cerradas de los delanteros del equipo. Jugábamos para ganar; nuestro lema era 'lastimar al otro.' Un día, mientras yo corría con el balón, los del otro equipo me "lastimaron"... salí del juego con dos costillas rotas y el diafragma lesionado.


Atalaya 1 de enero de 1981 pág. 16 párr. 18 Cómo orar a Jehová para ser oído
Un factor estrechamente relacionado con el persistir en la oración es el de darnos tiempo para orar. Nunca debemos estar demasiado ocupados para orar. Es cierto que hay ciertas cosas necesarias para la vida -nuestra ocupación diaria, el comer, el aseo, el dormir- que ocupan la mayoría de nuestras 24 horas diarias. Pero, ¿no hay muchas otras cosas que posiblemente nos quiten más tiempo del que les debemos permitir? Entre estas cosas pueden estar la lectura del periódico, el ver televisión, el participar en actividades deportivas y otras formas de recreo o descanso. A menos que verdaderamente apreciemos el precioso privilegio de la oración, bien puede ser que nos hallemos descuidándolo porque estas cosas no nos dejen tiempo para ello.


Atalaya 1 de mayo de 1979 pág. 4 Sea sabio... cuente el costo
El Toronto Star del 12 de septiembre de 1978 habló de un jugador de hockey que, en 1977, fue el mejor marcador en la defensa de su equipo, pero que decidió abandonar su deporte. El artículo citó estas palabras de él: "Me parece que no puedo dedicarme al hockey y servir a Jehová. Estaría dividiendo mi devoción. Esta gira en torno a los principios bíblicos . . . No fue una decisión repentina. Hace un año había pensado en ello." Después, el artículo, tras de dar detalles en cuanto a la carrera de este deportista, citó las siguientes palabras de él:
"En el verano fui a una asamblea en Montreal y allí me bauticé, poco después de haberme casado. Todo comenzó cuando empecé a leer algunas publicaciones (de los Testigos) . Todo me pareció muy bueno. Siempre había creído en un Dios, pero no estaba totalmente seguro. Simplemente llegué a la conclusión de que es más importante servir a Jehová que jugar hockey."
Después de mencionar que él predica de casa en casa, el artículo concluyó citando estas palabras de él: "Por algún tiempo no tendré que trabajar... mi contable ha invertido bien mi dinero. Me doy cuenta de que el dinero que yo ganaba era una gran atracción, pero es más importante hacer lo que agrada a Jehová." No hay duda de que él también calculó el costo y gustosamente comenzó a pagarlo.


Atalaya 15 de junio de 1978 pág. 11 Ponderando las noticias
El "entrenamiento corporal"... ¿cuán provechoso?
Escribiendo en la revista "Sports Illustrated," William Oscar Johnson declara: "El conjunto total de las cosas que la rodilla puede hacer permaneció desconocido por tanto tiempo debido a que los hombres no la sometían a las presiones y tensiones que experimenta rutinariamente en el atletismo moderno." Las lesiones en las rodillas son bastante comunes entre los atletas, y el Dr. Robert Kerlan dice: "La realidad es, sencillamente, que la anatomía humana no ha sido construida para los juegos en que participan los hombres hoy."
Muchos factores, entre ellos los de la fama y los grandes ingresos, mueven a los hombres a participar en varios deportes, algunos de los cuales son considerablemente peligrosos. Pero ¿realmente vale la pena el poner en peligro vida y extremidades por tales cosas como el dinero y la aclamación pública, o debería ser otra cosa lo que ocupara el primer lugar en la vida de uno? Al reflexionar en esto, muchos han mostrado que concuerdan con el apóstol cristiano Pablo, quien escribió: "El entrenamiento corporal es provechoso para poco; pero la devoción piadosa es provechosa para todas las cosas, puesto que encierra promesa de la vida de ahora y de la que ha de venir."-1 Tim. 4:8.


Atalaya 1 de noviembre de 1978 pág. 16 párrs. 1-2 Apreciando lo sagrado de la vida y la sangre
¿QUÉ le es más precioso a usted que su vida? Sin ella, no podría disfrutar de nada. Sin embargo, hoy por todas partes alrededor de nosotros hay evidencia de que entre muchas personas es poco el verdadero aprecio del valor de la vida... sea la de ellas mismas o la de otras personas.
2 ¿No podemos ver una manifestación de eso en la costumbre de muchos de conducir sus vehículos desenfrenadamente? ¿Y qué hay de los que conducen bajo la influencia del alcohol u otra droga, lo cual es causa de la muerte de miles de personas anualmente? Además hay los que buscan emociones en deportes peligrosos que, según se reconoce, quitan muchas vidas cada año. ¿Y qué hay de los millones de individuos que saben que pueden estar causando daño a su salud y acortando su vida al usar tabaco o al comer como glotones?


Atalaya 1 de febrero de 1978 págs. 25-26 Hallando verdadero propósito en la vida
La Sra. de Sakato me invitó a asistir a las reuniones de los testigos de Jehová. Pero por un tiempo preferí ir a montar a caballo los domingos. Entonces ella llamó mi atención a lo que se declara en 1 Timoteo 4:8: "El entrenamiento corporal es provechoso para poco ; pero la devoción piadosa es provechosa para todas las cosas, puesto que encierra promesa de la vida de ahora y de la que ha de venir."


Atalaya 1 de abril de 1978 1/4 pág. 21 Fuimos entusiásticos esgrimistas
Cuando cumplí veintidós años de edad, participamos en una gira de esquiar que fue arreglo de nuestro club de esgrima. Fue allí donde María nos sorprendió cuando empezó a hablar tocante a unos cambios que afectarían a todo el mundo, y citó algo de la Biblia... el capítulo veinticuatro del Evangelio de Mateo. Todos nosotros respondimos negativamente. Yo simplemente dije: "En el mundo hay ciertos valores que yo no voy a abandonar por ninguna profecía cuestionable."
Aproximadamente un mes después María vino al club de esgrima con la apariencia bastante cambiada. Para ese tiempo nos habíamos conocido por aproximadamente dos años y medio. Ella empacó su equipo de esgrima, se despidió y se fue. Sin exagerar, quedamos aturdidos, pues parecía que ya no volvería. La llamamos por teléfono y le preguntamos si podíamos visitarla aquella misma noche. Aceptó.
Aquella noche encontramos a una persona enteramente diferente... alguien a quien nunca habíamos visto antes. María, que siempre había podido dar golpes excelentes con su florete, parar ataques con rapidez y reír junto con nosotros, ahora tenía señales de lágrimas en el rostro. Pero al mismo tiempo parecía confiada. Abrió su Biblia y leyó con voz seria: "Y tendrán que batir sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en podaderas. No alzará espada nación contra nación, ni aprenderán más la guerra."-Isa. 2:4.
Cuando terminó, nos miró con una gran pregunta expresada en los ojos. Creo que esperaba nuestra aprobación cuando dijo: "Quiero servir a Jehová, nuestro Dios, y obrar de acuerdo con los principios de la Biblia. Ya no quiero aprender a pelear, y la esgrima es un deporte marcial."
Me sentí anonadado, pues percibía que mis sueños de la amistad de los mosqueteros se estaban desplomando. Más tarde le dije a Juan, que era el más allegado a mí, que, costara lo que costara, teníamos que hacer volver a María a nuestra escuela de esgrima.
"Sí, por supuesto," convino Juan, "pero ¿cómo? Claro que no estoy de acuerdo con la decisión de María," dijo, "pero la admiro. Se requiere mucho valor para tomar una decisión como ésa."
...
Sin embargo, yo no podía ver en lo que María decía ninguna buena razón para renunciar a la esgrima. Pablo, también, estaba haciendo cuanto podía para lograr que María cambiara de parecer. Hasta empezó a estudiar la Biblia con los testigos de Jehová. Nosotros no temíamos que esto afectara a Pablo, pues conocíamos su punto de vista netamente materialista.
...
Ahora me encaré al mismo problema que tuvo María: ¿Debería dejar también la esgrima? Reflexione otra vez en las palabras de la Biblia que había oído por primera vez solo dieciséis meses antes: "Y tendrán que batir sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en podaderas. No alzará espada nación contra nación, ni aprenderán más la guerra."-Isa. 2:4.
Ante mis ojos pasaron mis diez años de esgrima. El levantarme temprano por la mañana, los entrenadores, la amargura de la derrota y, recientemente, mis éxitos, y la oportunidad de alcanzar mayores logros en el deporte. Pero llegué a la conclusión de que María había tenido razón. Y comprendí a cabalidad sus lágrimas, porque ahora mis ojos también estaban llenos de lágrimas. Sin embargo, al mismo tiempo, tuve la misma confianza que ella tuvo.
...
Fue un año después de mi propio bautismo que nosotros cuatro nos volvimos a reunir. ¡Qué gozosa reunión fue... todos éramos entonces cristianos dedicados! Habíamos sido entusiásticos esgrimistas, llenos de determinación y ambiciones. Pero cuando llegamos a conocer la voluntad de Dios, pusimos a un lado nuestros floretes de acero y empuñamos la espada del espíritu, que es la Palabra de Dios.-Efe. 6:17.


Atalaya 1 de octubre de 1976 pág. 581 Gozo por ver satisfechas las necesidades espirituales
Esa fue la experiencia de una muchacha que había llegado a ser campeona de lanzamiento de disco. Ella relata: "Todos los días estaba en el estadio para entrenarme. Ni lluvia ni viento me lo impedían. Mi meta era ganar la marca italiana para mi deporte." Pero, después, al estudiar la Biblia, esta muchacha se dio cuenta de que el envolverse en los deportes de competencia podría estorbarle cultivar el espíritu cristiano correcto . De modo que decidió renunciar a los deportes y, con el tiempo, como ella misma escribió, "me bauticé en Roma en el mismo estadio donde solía recibir honra por mis hazañas deportivas."
Otra persona que se puso a considerar su vida de modo diferente fue el dueño de un gimnasio donde se enseñaba yudo y karate. Después de estudiar la Biblia, su conciencia le impelió a ver el entrenamiento para la violencia desde un punto de vista diferente. Decidió romper sus conexiones con estas "artes marciales." Habiendo obrado en armonía con su conciencia, se deleita en familiarizar a otros con el mensaje de paz cristiano.


Tu juventud... aprovechándola de la mejor manera (1976) cap. 16 págs. 118-119 párrs. 4-8 Los deportes y el entretenimiento
De modo que la Biblia muestra que el "entrenamiento corporal," como el que obtenemos en los deportes, tiene su lugar. Es bueno para nosotros; nos puede ayudar a desarrollar coordinación física, flexibilidad, buena condición muscular y fortaleza. Además, puede refrescarnos mentalmente, especialmente si pasamos mucho tiempo estudiando. Pero nota que la Biblia nos da la advertencia de que "el entrenamiento corporal es provechoso para poco." ¿Qué puede ocurrir si pasas por alto ese consejo bíblico y te absorbes totalmente en los deportes?
5 Entre otras cosas, esto puede arruinar el gozo, pues puede hacer de los deportes "negocio serio" más bien que una ocupación placentera. El psicólogo deportivo Bruce Ogilvie, señalando a los efectos de dar demasiado énfasis a los juegos de competencia, dijo: "Una vez me entrevisté con los principiantes de 10 prominentes equipos de béisbol y el 87 por ciento de ellos dijo que hubieran querido no haber jugado nunca el béisbol de la Liga Menor porque aquello le había quitado el gozo a lo que había sido un juego placentero."
6 Además, algunos deportes, como el fútbol, pueden ser peligrosos, especialmente cuando el cuerpo de uno está pasando por el proceso de desarrollarse físicamente. ¡Science Digest informa que antes de cumplir dieciocho años de edad unos 12.000.000 de niños estadounidenses sufren algún daño físico permanente por participar en los deportes! Uno de los jugadores más prominentes del fútbol profesional no dejaba que sus dos hijos jugaran en las ligas de fútbol de los niños. "Los padres no se ponen a pensar en todas las cosas malas que les pueden suceder al joven," dijo. "Entre otras cosas, puede venir a casa cargando los dientes en la mano." Lo que ha hecho que algunos deportes sean tan peligrosos es el extremado espíritu de competencia -la actitud de ganar a toda costa- que con frecuencia se estimula.
7 Otra cosa que es bueno considerar es la clase de asociaciones a que uno se puede exponer mientras juega en los deportes organizados. Por lo común el carácter de las conversaciones que se llevan a cabo en el cuarto de cambiarse de ropa tiene la reputación de ser de inmoralidad sexual. Además, cuando un equipo viaja a otro lugar para jugar contra otra escuela, uno pudiera estar por largo tiempo en la compañía de personas que tienen en poca estima la fidelidad a Dios. Esto es algo en lo cual se debe pensar, puesto que la Palabra de Dios da énfasis a 'entrenarte teniendo como mira la devoción piadosa.' Y, ¿qué habría de práctico en envolverse en algo que fácilmente pudiera corromper tus principios morales y causar daño a la relación que tienes con tu Creador?
8 Como ves, la situación en cuanto a los deportes es muy parecida a la de otras cosas que son buenas cuando se mantienen en equilibrio... cuando no dominan la vida de uno de modo que eclipsen cosas más importantes, o expongan a uno a situaciones perjudiciales. ¡Qué emocionante y gozoso puede ser participar en un deporte de movimiento rápido y experimentar la sensación de que el cuerpo de uno responda y ejecute hazañas de habilidad! Eso puede suministrar un gozo y satisfacción de larga recordación. Y puede ayudar a uno a apreciar a nuestro magnífico Creador que nos hizo con la capacidad de hacer tales cosas.


Atalaya 1 de abril de 1977 pág. 214 Lo que ha significado felicidad para mí
No fue fácil educar o entrenar a mis hijos en la obra de anunciar a otros las buenas nuevas. Sin embargo Paulo pareció responder muy bien al entrenamiento cristiano y se bautizó cuando tenía catorce años de edad. No obstante, al alcanzar los diecisiete años de edad los deportes lo atraían. Se destacaba como jugador de fútbol en el equipo de su escuela y las posibilidades de una carrera deportiva parecían brillantes para él. Llegó el tiempo en que tenía que tomar una decisión vital, y pareció haberla hecho un domingo por la mañana cuando no fue a la obra de testificar. Dijo: "Mamá, no quiero pertenecer ya a esa religión. Ni siquiera estoy seguro de que sea la verdad."
Cuando me recuperé de la sacudida de esta confesión inesperada, pude hablarle y ayudarle a enderezar su modo de pensar. Hoy, dice que está profundamente agradecido por esto, y asegura que fue un punto de viraje en su vida. Desde entonces en adelante jamás miró atrás. Prestó más que la acostumbrada atención en las reuniones, y llegó a amar las verdades bíblicas desde el corazón.


Atalaya 1 de enero de 1976 págs. 22-23 párrs. 15-17 No se deje entrampar por manías ni diversión
15 Uno de los principales medios de diversión del mundo es el observar o participar en los deportes. Desde la II Guerra Mundial ha habido gran entusiasmo por los diversos deportes. Las arenas deportivas están llenas a reventar. Los aficionados desafían el tiempo malo, viajan largas distancias y pagan precios exorbitantes para asistir a los juegos. Algunos pueden relatar estadísticas interminables en cuanto a los jugadores y los juegos, lo cual muestra a qué grado ocupan estos asuntos su tiempo y atención.
16 El apóstol Pablo, al dar instrucciones al joven superintendente Timoteo, declaró: "Ve entrenándote teniendo como mira la devoción piadosa. Porque el entrenamiento corporal es provechoso para poco; pero la devoción piadosa es provechosa para todas las cosas, puesto que encierra promesa de la vida de ahora y de la que ha de venir." (1 Tim. 4:7, 8) Así el apóstol Pablo reconoció que el entrenamiento corporal puede ser de beneficio al cuerpo, pero que tiene que mantenerse en su lugar subordinado en relación con la mira principal de la devoción piadosa. En moderación, los deportes pueden suministrar asociación sana, diversión y ejercicio físico, lo cual es bueno tanto para el cuerpo como para la mente, pero el participar en exceso en ese placer puede privar a uno del sueño o descanso necesario. Esto no sería prudente. Podemos empezar a tomar muy en serio los deportes y a envolvernos demasiado vigorosamente en ellos. El resultado puede ser lesiones graves. Los deportes pudieran desarrollar el espíritu de competencia. Sin embargo, el cristiano equilibrado evita un espíritu de competencia que lleva a enorgullecerse de vencer a otros en los juegos. (Gál. 5:26) La moderación es necesaria para conservar uno tanto su energía como su tiempo para las cosas principales que tienen que ver con la devoción piadosa. La Biblia aconseja: "Llegue a ser conocido de todos los hombres lo razonable que son ustedes." (Fili. 4:5) Jesús advirtió contra el dejar que los "placeres de esta vida" ahoguen la "palabra de Dios" que se planta en el corazón.-Luc. 8:11, 14.
17 Los cristianos jóvenes que van a la escuela tienen que ejercer cautela particular para no permitir que los deportes lleguen a ser la cosa importante de su vida. El participar excesivamente en los deportes puede resultar en desatención al estudio bíblico y las actividades del Reino. La fascinación de estar en el equipo, la excitación de ganar juegos, son trampas sutiles que pueden atrapar al cristiano antes que él se dé cuenta de ello. El desatenderse uno mismo espiritualmente, mientras que al mismo tiempo está siendo derribado por malas asociaciones, el espíritu de competencia y el deseo de ser popular... todo esto resulta en una combinación que encierra la potencia de la muerte. "La ley del sabio es fuente de vida, para apartar a uno de los lazos de la muerte."-Pro. 13:14.


¡Despertad! 8 de julio de 1973 págs. 17-19 El ajedrez... ¿qué clase de juego es?
El ajedrez... ¿qué clase de juego es?
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Un juego altamente competitivo
Sin embargo, el oponer una mente contra la otra, con el elemento suerte completamente eliminado, tiende a suscitar un espíritu de competencia entre los jugadores de ajedrez. De hecho, frecuentemente se describe al ajedrez como una 'lucha intelectualizada.' Por ejemplo, el destronado campeón de ajedrez del mundo Boris Spassky declaró: "Por naturaleza no tengo un impulso combativo. . . . Pero en el ajedrez uno tiene que ser un luchador, y yo me convertí en uno por necesidad."
Esto ayuda a explicar por qué no hay mujeres entre los principales jugadores de ajedrez... los más de ochenta grandes maestros del ajedrez son hombres. La actriz Sylvia Miles declaró con respecto a esto: "Para ser un jugador de ajedrez profesional, uno tiene que ser un asesino. Si el espíritu de competencia en las mujeres norteamericanas alguna vez llega a ser tan fuerte, entonces creo que tendremos algunas importantes jugadoras."
El espíritu de competencia en el ajedrez puede alcanzar un alto grado de agitación, que se refleja en las actitudes y el lenguaje de los jugadores de ajedrez. "No hay comparación con ningún otro deporte en el esfuerzo por destruir la psiquis de su oponente," explica el jugador de ajedrez Stuart Marguiles. "Nunca oí a nadie decir que venció a su oponente. Siempre es que lo aplastó, lo destruyó, lo mató o lo asesinó."
Es cierto, quizás los jugadores con los que uno está familiarizado no usen esa clase de lenguaje. No obstante, el espíritu de competencia entre los jugadores puede llevar a consecuencias desagradables, como lo informó el verano pasado el Times de Nueva York: "La mayoría de las familias se las arreglan para confinar al tablero de ajedrez los inevitables conflictos que surgen en el juego. Pero en algunos hogares, las tensiones permanecen mucho después del jaque mate."
Por supuesto, el ajedrez no es en este respecto muy diferente de otros juegos de competencia. Los participantes que desean agradar a Dios, prescindiendo del juego que estén jugando, necesitan tener cuidado a fin de no violar el principio bíblico: "No nos hagamos egotistas, promoviendo competencias unos con otros, envidiándonos unos a otros."-Gál. 5:26.
Sin embargo, hay algo más con respecto al ajedrez que merece considerarse.
Relación con la guerra
Esto es las connotaciones militares del juego, las cuales son obvias. A las fuerzas oponentes se les llama "el enemigo." Estas son "atacadas" y "capturadas"; el propósito es hacer que el rey oponente se "rinda." Así Horowitz y Rothenberg dicen en su libro The Complete Book of Chess bajo el subtítulo "El ajedrez es guerra": "Las funciones que se asignan a [las piezas de ajedrez], los términos que se usan para describir estas funciones, la meta final, la brutalidad justificada en lograr el objetivo... todo suma a nada menos que guerra."
Por lo general se acepta que el ajedrez puede ser rastreado a un juego que se jugaba en la India alrededor del 600 E.C. llamado chaturanga, o el juego del ejército. Los cuatro elementos del ejército de la India -carros, elefantes, caballería e infantería- estaban representados por las piezas que con el transcurso de los siglos se desarrollaron en torres, alfiles, caballos y peones. Así es que el Times de Nueva York, del 31 de agosto de 1972, declaró:
"El ajedrez ha sido un juego de guerra desde que se originó hace 1.400 años. El tablero de ajedrez ha sido la arena para batallas entre cortes reales, entre ejércitos, entre toda clase de ideologías en conflicto. La oposición más familiar ha sido la que fue creada en la edad media con un juego de rey, reina, caballos o caballeros, alfiles u obispos, torres y peones en contra del otro.
"Otros conflictos que se han representado han sido entre cristianos contra bárbaros, norteamericanos contra ingleses, vaqueros contra indios y capitalistas contra comunistas. . . . Se dice que un diseñador norteamericano ahora está creando un juego de piezas que ilustran la guerra de Vietnam."
Probablemente la mayoría de los jugadores modernos de ajedrez no piensan que están maniobrando un ejército en batalla. Pero, ¿no son obvias las relaciones del juego con la guerra? La palabra para peón se deriva de una palabra del latín medieval que significa "soldado de infantería." Un caballero era un hombre de armas montado del período feudal europeo. Los obispos tomaron parte activa en apoyar los esfuerzos militares de su bando. Y las torres, o roques, lugares de protección, eran importantes en la guerra medieval.
Así es que Reuben Fine, un jugador de ajedrez de estatura internacional, escribió en su libro The Psychology of the Chess Player: "Es bastante obvio que el ajedrez es un juego sustituto del arte de la guerra." Y la revista Time informó: "El ajedrez se originó como un juego de guerra. Es el equivalente adulto e intelectual de las maniobras que representan los niños con soldados de juguete."
Aunque algunos jugadores de ajedrez quizás pongan reparos a que se haga semejante comparación, otros prontamente reconocen la similitud. De hecho, en un artículo acerca de un experto jugador de ajedrez, el Times de Nueva York hizo notar: "Cuando el Sr. Lyman mira a un tablero de ajedrez, su diseño de cuadros a veces se transforma en las colinas y valles y pasos secretos de una persecución en un bosque, o en el áspero terreno de un campo de batalla inglés."
Cuando uno considera a los complejos movimientos, a medida que los ejércitos opuestos en el tablero de ajedrez compiten uno con otro por posición, uno quizás se pregunte si el ajedrez ha sido un factor en el desarrollo de la estrategia militar. Según V. R. Ramachandra Dikshitar, sí lo ha sido. En su libro War in Ancient India, examinó este asunto a fondo, y llegó a la conclusión de que: "Los principios del ajedrez suplieron ideas al desarrollo progresivo de los métodos y elementos componentes del ejército."
La necesidad de precaución
Algunos jugadores de ajedrez han reconocido el daño que puede resultar de jugar el juego. Según la Encyclopaedia Britannica, el reformador religioso "Juan Huss, . . . cuando estuvo en prisión, deploró el haber jugado al ajedrez, con lo cual había perdido el tiempo y corrido el riesgo de llegar a ser presa de pasiones violentas."
La extrema fascinación del ajedrez puede resultar en consumir grandes cantidades del tiempo y atención de uno a costa de otros asuntos de más importancia, lo cual evidentemente es una razón por la que Huss se lamentó de haber jugado el juego. Además, al jugarlo se corre el peligro de estar "promoviendo competencias unos con otros," hasta desarrollar hostilidad hacia otro, algo que la Biblia advierte que los cristianos deben evitar.
También, quizás los adultos no consideren apropiado que los niños jueguen con juguetes de guerra, o en juegos de naturaleza militar. ¿Es consistente, entonces, que ellos jueguen un juego reconocido como, en la opinión de algunos, el "equivalente adulto e intelectual de las maniobras que representan los niños con soldados de juguete"? ¿Qué efecto tiene en realidad sobre uno el jugar al ajedrez? ¿Es un efecto saludable?
Seguramente el ajedrez es un juego fascinante. Pero hay preguntas con respecto a este juego que cada persona que lo juega haría bien en considerar.


Atalaya 15 de enero de 1973 pág. 58 ¿Da usted prominencia indebida a criaturas?
En la adoración y servicio de Jehová Dios no hay excesos. Es verdad, hay gozo, hay celo, hay entusiasmo. Pero todo ello resulta en lo que es bueno, y es provechoso para otros. El frenesí y los excesos en que participan tantos devotos y ejecutantes de los deportes es evidencia de que están idolatrando al juego o a sus participantes. Considere, por ejemplo, los casos en que admiradores lanzan botellas a los jugadores o árbitros, en que se desenfrenan y destrozan el césped y los aparatos después de un juego de béisbol o fútbol.
¿Se deleitaría cualquiera que afirma ser cristiano en las luchas gladiatorias, al estilo romano? ¿No hay por lo menos alguna similitud con muchos deportes, particularmente los deportes de contacto de hoy día, como el fútbol, el boxeo y el hockey?
En el fútbol americano profesional, por ejemplo, hay lo que se conoce como la "escuadra suicida," un grupo que se envía especialmente a un juego, como lo expresó la revista Life, "con tareas violentas específicas que efectuar." El requisito para los miembros de la escuadra suicida, explica Life, es "instintos salvajes y ningún temor en absoluto." Dijo un jugador: "Solo pienso en lastimar a la otra persona, porque cada vez que las patadas de otros dejan a uno sin conocimiento, uno sabe de seguro que con sus patadas ha dejado a otras dos o tres personas sin conocimiento. Esa es una sensación muy agradable."
Cuando, a fin de ganar un juego, sea por dinero, fama, gloria o cualquier otra cosa, una persona no solo arriesga su propia salud, sino que también trata de lastimar, posiblemente lisiar o matar a otros, ¿no es esto una forma de idolatría hacia ese deporte? Ciertamente es pensar más en la propia gloria de uno que en su prójimo, a quien Dios creó. Es en desobediencia directa al Creador y es servir a otra cosa como dios, como más digna de la devoción y el esfuerzo de la vida de uno.
Por supuesto, no todos los deportes son tan físicamente rudos, pero prescindiendo de qué deporte favorezca el cristiano, debe guardarse para no permitir que éste cautive su corazón al grado de que comience a tomar tiempo y atención del estudio de la Palabra de Dios y del servicio a Él.


Atalaya 15 de enero de 1952 pág. 46 párr. 7 Batallando las Influencias del Viejo Mundo en los Niños
Unas breves palabras en cuanto a los deportes. Los deportes en las escuelas modernas son bastante sobreenfatizados. Mucho tiempo se gasta en algo que se pudiera usar de mejor manera en aprender de cosas útiles o en la predicación. Los deportes tales como están organizados hoy llevan a la adoración de héroes, lo cual es peligroso y no es de cristianos. De vez en cuando un juego de pelota o algún otro deporte se puede disfrutar de manera inocente y puede ser recreación genuina y producente. Pero tener la mente de uno como joven constantemente llena de deportes los 7 días de la semana no es sabio ni es saludable. El consejo de Pablo de hace 1,900 años al joven Timoteo, quien vivió en medio del mundo griego alocado por los deportes, es consejo al tiempo apropiado para nosotros hoy. ") Porque el entrenamiento corporal es provechoso para poco; pero la devoción piadosa es provechosa para todas las cosas, puesto que encierra promesa de la vida de ahora y de la que ha de venir."-1 Tim. 4:8, NM.

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